Pedro Sánchez hizo ayer, durante la sesión de control al Gobierno, yo creo que la primera alusión a los chanchullos de su mujer después de que el Juzgado de Instrucción nº 41 de Madrid abriera diligencias contra Begoña Gómez por dos presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Gabriel Rufián, qué hermosura de apellido, le había preguntado si después de conocer la noticia seguía creyendo en la Justicia. En todo caso el Rufián le manifestó comprensión y cierta solidaridad por “la guerra sucia que está viviendo en sus carnes”. Es guerra sucia porque el asunto tiene origen en la denuncia del sindicato ultraderechista ‘Manos Limpias’. Guerra sucia ha dicho el Rufián y se multiplicarán por la sanchosfera las acusaciones de ‘lawfare’. Es preciso recordar que Manos Limpias fue el sindicato que consiguió sentar en el banquillo del caso Nóos a la Infanta Cristina aunque la cosa se quedara en nada. No hubo ningún Rufián que calificara de ‘guerra sucia’ aquel ataque a la Monarquía.

Había proclamado su convicción en la sesión de control. «En un día como hoy, y después de las noticias que he conocido, a pesar de todo, sigo creyendo en la justicia de mi país». Y ya en la dúplica añadió que cree en la autonomía de los jueces, en su independencia y en la separación de poderes. Más vas a creer si finalmente es procesada y eventualmente condenada.

Unas horas más tarde hacía pública una inenarrable carta a la ciudadanía, aunque luego no se dirigía al colectivo (la ciudadanía) sino a un ciudadano en segunda persona del singular. Se confiesa un hombre profundamente enamorado de su mujer y que se va a dar cinco días (hasta el lunes) para decidir si esto merece la pena y si sigue o se planta. No nos caerá esa breva. En realidad más bien parece que los cinco días se los da a los jueces para desactivar las diligencias del Juzgado nº 41 de Madrid y las que pudieran venir después,. También da ese plazo a los socialistas para que reaccionen y ya han empezado a hacerlo: Marichús, Teresa Ribera, Patxiló, Albares… un toque de rebato para que todo el socialismo se eche a la calle en un tedeum laico, llevando en andas a esa pareja tan ejemplar y tan enamorada. De momento y en su mejor estilo, miente a los españoles al decir que tras las informaciones del denunciante ultraderechista “hemos ido desmintiendo las falsedades vertidas”. Mentira. ¿Cuándo? Ayer se refirió por primera vez al tema. Hasta ayer mismo su desmentido de los asuntos de Begoña era decir “Ayuso” y suscribir los infundios sobre la mujer de Núñez Feijóo: “Y más cosas, y más cosas”.. En fin, la carta hay que guardarla para trazar la raya en un futuro inmediato, “hasta aquí llegó el delirio del felón de la Moncloa”. Quiso dar pena, pero solo despertó, hablo por mí, vergüenza y asco.

No todo es negativo para el sanchismo, sin embargo. La Junta de Fiscales de sala ha aprobado por la mínima, o quizá por la minina (15 votos contra 14) instar el archivo de la querella planteada por la pareja de Isabel Díaz Ayuso por revelación de secretos. Esto es lo que hay. La mayoría la compone la Unión Progresista de Fiscales y han preferido apoyar a Ángeles Sánchez Conde, teniente fiscal y número 2 del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz frente a la fiscal María de la O Silva, que proponía investigar el tema antes de informar al juez sobre si procedía admitir o rechazar la querella. ¿Investigar para qué? Han debido de pensar los fiscales progresistas. No seas antigua, mujer.

Habíamos comentado ayer la enésima falta al protocolo del Felón de la Moncloa al permanecer frente al Rey con las manos metidas en los bolsillos. Atalanta le ha encontrado en mi blog una equivalencia exacta al colgar la imagen del cuervo Rockefeller, el muñeco de José Luis Moreno, en idéntica posición: Toma, Felipe frente a Toma, Moreno.

Ayer, poco antes de mediodía se conoció la gran decisión del cazatalentos Pedro Sánchez para encabezar la lista del PSOE a las elecciones europeas. La número Uno será la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera. Otro éxito del gañán de La Moncloa. Ya te dije entes de ayer, creo, que había visto un debate entre Teresa Ribera y el presidente murciano, Fernando López Miras sobre el estado del Mar Menor y que por comparación este me había parecido muy sexy. Que no cunda el pánico. Seguro que encuentra otra más discapacitada para relevarla en la vicepresidencia.

Hablabas ayer de un municipio guipuzcoano en el que todos sus votas han sido para EH Bildu. Ciertamente. Ni un voto siquiera para el PNV, no digamos para el PSE o el PP. Es Oreja, un pueblo de Guipúzcoa de 123 habitantes. Recuerdo haber ido allí después de unos comicios  en los años 80. Tenía entonces setenta y tantos habitantes. Hubo un voto socialista y un voto de AP. Pensé en la clandestinidad a que se verían sometidos esos dos hasta que comprendí que esos votantes eran dos interventores enviados a Orexa por sus partidos. Ahora también se han librado de ellos. En Otxandio, el pueblo de Otxandiano, (1.300 habitantes) se ha registrado un votante de Vox. Yo iba bastante a ese pueblo mientras Mª Jesús, gran cocinera, tuvo su restaurante en la plaza. También era de allí Sabin Zubiri Sánchez, ilustre corsetero que era una de las dos manos derechas de Garaikotxea en Eusko Alkartasuna. Allí, con cierta zumba malévola lo rebautizaron por su apellido naterno y le llamaban ‘Segundo Sánchez’. Racistas siempre han sido un poco.