ABC, 17/4/12
La banda teme que la «mayoría silenciosa» de los reclusos, decepcionada por la falta de avances, comience a atender los ofrecimientos de Interior a favor de salidas individuales
En el proceso interno desarrollado en las cárceles de Francia y España para designar a los nuevos «interlocutores», Interior ha detectado veladas críticas de algunos presos a la dirección de ETA porque desde que anunció el «cese definitivo» de la actividad terrorista, no ha variado su situación penitenciaria, y le exigen algún gesto que desbloque el «enquistamiento del proceso».
De los más de 700 presos etarras, cerca de 500 formarían parte de esa «mayoría silenciosa» que ni se planteaban abandonar la disciplina, como aquellos que se han incorporado a la «vía nanclares», ni pedían más atentados, como los que se aglutinan en el sector «más duro entre los duros». Simplemente, quieren que la banda tome iniciativas que les permita tener esperanza de una excarcelación a corto o medio plazo y, hasta entonces, su reagrupamiento en el País Vasco. El anuncio de «cese definitivo» de la violencia, el pasado 20 de octubre, abrió muchas expectativas entre los reclusos etarras. Pero seis meses después, se han enfriado porque comprueban que ETA no ha hecho más gestos y que el Ejecutivo de Rajoy, lejos de ceder a las presiones, incluso de algunos «mediadores internacionales», se mantiene firme en su exigencia de que para cualquier modificación en la política penitenciaria, la banda tiene que disolverse y entregar las armas. Además, los presos comprueban que la opinión pública y el propio Gobierno están preocupados por la crisis económica y cualquier otro problema se ha convertido en secundario.
Adaptarse a la legalidad
El «aparato de makos», que ha logrado reorganizarse tras el golpe que recibió con la detención de Arantza Zulueta y otros abogados, ha transmitido a la dirección de la banda su inquietud ante la posibilidad de que comience un goteo en este bloque mayoritario de presos con solicitudes individuales de reinserción. La preocupación se ha extendido ya a la propia «izquierda abertzale» que ha sugerido a los presos que se adapten a la legalidad para lograr beneficios penitenciarios, con lo que ETA se iría descargando del grave problema que ahora tiene en las cárceles. Y pone como ejemplo lo que se hizo con Sortu -pendiente aún de la decisión del Tribunal Constitucional-, que, aunque no condena la violencia, la rechaza para cubrir el trámite legal
ABC, 17/4/12