Tonia Etxarri-El Correo

Sin visos de prosperar, la moción de censura que hoy registrará Vox en el Congreso de los Diputados contra Pedro Sánchez está provocando movimientos de fondo en el Gobierno de La Moncloa y en el PSOE. Son conscientes de la oportunidad que les va a brindar el partido de Santiago Abascal, de la mano del profesor Tamames, y piensan exprimir al máximo la ocasión para relanzar su campaña electoral. Con una sola idea fuerza: ‘Feijóo va a depender para todo de Vox’. Ése es el mantra. La exageración del miedo a una derecha que la izquierda, con el asentimiento de los nacionalistas, presenta como un ‘totum revolutum’ para que la imagen de Feijóo aparezca amarrada a la de Abascal.

Nada que ver con la realidad porque el presidente del PP rechazó la idea de la moción de censura desde un principio porque es, sobre todo, pragmático. De los que piensan que hay otras formas de desautorizar a un presidente del Gobierno si no se reúnen los apoyos necesarios en una moción de censura. Por eso, donde el PSOE quiere ver un contubernio (una reunión entre Feijóo y Tamames) hubo un intento de convencimiento por parte del líder del PP para que el viejo profesor no aceptara el reto. Pero da igual en campaña electoral. Que la realidad no estropee la propaganda.

La iniciativa de Vox, que no logrará reunir un apoyo mayor que el de sus 52 diputados, no persigue desplazar al presidente del Gobierno, en realidad. Su estrategia consiste en buscar notoriedad después del fiasco electoral que sufrió en las últimas elecciones andaluzas. Nada que ver con el objetivo de este instrumento parlamentario que, según la Constitución y el propio reglamento de la Cámara, no es otro que provocar la caída de un Gobierno.

La opción de Feijóo (que el PP se abstenga en lugar de votar negativamente como hizo Pablo Casado) le complicará la situación al PP. Será una abstención de riesgo que, sin embargo, Feijóo está dispuesto a asumir porque ya sabe que, de una u otra forma, esta moción se va a convertir en el dardo que todos querrán lanzar contra quien está ganando en todas las encuestas menos el CIS.

Al PSOE no le duelen prendas en demostrar que añora al PP de Casado. Necesitan un partido en la oposición más montaraz y menos pragmático. Feijóo tampoco quiere ser «como ustedes» (que le dijo Casado a Abascal) pero mantiene otras formas que terminan por descolocar a sus adversarios. «Que vote que no a la moción de Vox. ¿Qué es eso de abstenerse?», se revuelve la ministra María Jesús Montero, obviando, de paso, que el propio PSOE se abstuvo cuando Pablo Iglesias presentó su moción de censura contra Rajoy en junio de 2017.

¿Se hablará más del PP que de Vox? El exlíder del PCE Ramón Tamames dará un discurso brillante porque su oratoria excelente queda fuera de toda duda. Pero se encontrará con un Parlamento que nada tiene que ver con el que él conoció y del que muchos periodistas tuvimos el honor de disfrutar. Se le respetará y se le apartará para situar en la diana al líder del PP que, por cierto, no podrá defenderse porque no es diputado.

Veremos la línea de defensa de Pedro Sánchez pero lo que está claro es que esta moción le llega en sus momentos más bajos. Si, finalmente, las referencias al feminismo y a las autonomías brillan por su ausencia, esta moción va a ser un chollo para Pedro Sánchez. Isabel Díaz Ayuso participa hoy en un almuerzo coloquio en el Círculo Ecuestre de Barcelona. Seguro que dejará alguna perla sobre la moción que puede desgastar a la alternativa de gobierno.