Juan Carlos Girauta-El Debate
  • Debatir públicamente los excesos de Errejón no solo no nos despista de «lo importante» sino que lo muestra en toda su vileza, acaso porque lo importante es la gran estafa woke, en tanto que el latrocinio ha existido siempre

Las infamias de los partidos del Gobierno, confesadas o descubiertas por la UCO, ayudarán a poner a un puñado de socialistas, comunistas y neomarxistas poderosos a la sombra. Los aguafiestas corren de la mano dando grititos; son los leguleyos de tertulia y los juridicistas de guardia en las redes. Los primeros, de interés antropológico, representan a cuantos simulan conocimientos especializados de algo que nunca han estudiado. Los segundos, por estudiar demasiado, enloquecen y acaban viendo del mundo solo lo jurídico. Con su importuno zumbido, estas dos especies, aliadas en torno al Derecho (por doloroso defecto o por indigesto exceso), les van a engañar, si no les han engañado ya, con el principio de presunción de inocencia.

Ese principio general se cumple perfectamente en España allí donde debe, que es dentro de los juzgados y las audiencias. No en la cárcel, porque el principio no es absoluto ni siquiera en sus propios términos: está la prisión preventiva. Si su alcance fuera el que le da la alianza leguleyo-juridicista, sería el principio menos respetado del Derecho, dado el sistema de libertad de prensa. ¡Qué poco se invoca cuando el justiciable es un político, artista o periodista que no se encuadra en la izquierda! Diríase que la insistencia en principio tan mal entendido y tan aviesamente manejado precisamente en estos momentos gozosos, cuando principia el derrumbamiento del sanchismo, busca un gatillazo. No lo permitan. Disfruten, apuren el placer de ver caer a la trama de corruptos, ladrones y troleros tan dada a la liberalidad cuando el dinero es público y los beneficiados ellos. Ya sea de forma directa (hermano y esposa del dictador) o indirecta (líneas aéreas como Plus Ultra, cuatro aviones viejos alquilados, o Air Europa, Aldama y Begoña mediante). Hay que ver la afición que tiene el déspota por la aviación.

En contra de una extendida opinión, debatir públicamente los excesos de Errejón, insistir en la escandalosa contradicción entre el discurso de la izquierda y su verdadero trato a las mujeres, no solo no nos despista de «lo importante» sino que lo muestra en toda su vileza, acaso porque lo importante es la gran estafa woke, en tanto que el latrocinio ha existido siempre. Como si no se pudiera caminar mientras se masca chicle, nos insisten: ¡No entréis al trapo con de lo de Errejón! Craso error. Como si al sanchismo, que es wokismo con robo a mansalva, no se le pudiera y debiera atacar por sus dos puntos débiles: su amistad por lo ajeno y su infinita hipocresía. En cualquier caso, lo que está en vía judicial (gracias a Vox), ya no lo para nadie. Si han podido revolcarse en el erario a plena luz es por su hegemonía cultural, su convicción de superioridad moral, su absoluto desentendimiento de la verdad, sus escraches… Y su disfraz de feministas y feministos. Las izquierdistas del aparato de Errejón (ejem) lo encubrían; mientras, los aliades, aparte de dar grima, eran depredadores sexuales. Camine y masque chicle.