SANTIAGO GONZÁLEZ 25/04/13
El Mundo lleva hoy en su portada un curioso documento: un recibo que la banda terrorista envió a los empresarios navarros cuyos nombres figuran en él como justificante del pago de los 54.000 euros que se citan. Es una lástima que los paganos no sean empresarios guipuzcoanos. Podrían desgravarse los 54.000 ante una Hacienda Foral que, al fin y al cabo, persigue los mismos objetivos que la Hacienda Revolucionaria a la que ellos pagaron: la liberación nacional y social de este pueblo (vasco).
Estando bajo investigación la trama de extorsión de ETA por orden del juez Marlaska, el chivatazo del bar Faisán impidió que Elosua y su socio fueran detenidos con la prueba flagrante.
Dice Rubalcaba y repiten sus partidarios que se les detuvo mes y medio después, pero no es lo mismo pillarles con el marrón que sin él. A nadie se le escapa, por otra parte, que mes y medio es tiempo más que suficiente para destruir pruebas, ficheros, etc.
El juez Gómez Bermúdez quiso dejar el asunto en revelación de secretos, pero no coló. Será por el delito de colaboración con banda armada, por lo que Pamies y Ballesteros se sentarán en el banquillo. ¿Cómo es posible que unos ejemplares funcionarios en la lucha contra ETA sean acusados nada menos que de colaborar con ella? Porque de una acción suya al dar a un colaborador de ETA el queo, la banda terrorista dispuso de un dinero para sus acciones criminales y obtuvo otros beneficios en especie.
La operación se sale con mucho de los márgenes de discrecionalidad de las operaciones policiales, no detener a un jefe en cuanto se le descubre para controlarlo y hacer más rentable su caída. No tiene sentido que unos funcionarios organicen por su cuenta el asunto Faisán para preservar ‘el proceso de paz’, una cuestión política que manejan los políticos.
¿Que lo hicieron para colaborar con el proceso de paz del Gobierno y no dificultarlo? Con toda seguridad, pero es el caso que la lógica de hacer trampas en el juego, es que su descubrimiento acaba con la partida y con la expulsión del tramposo. Debían estar advertidos por las grabaciones de la serie ‘Misión imposible’ que verían en la tele de niños: “El Gobierno negará cualquier contacto con usted y esta grabación se autodestruirá en cinco segundos”, ya saben.
Otra cosa es si el silencio de Pamies y Ballesteros durará hasta la sentencia y más allá a cambio del efímero consuelo de verse acompañados por sus tres superiores jerárquicos, los políticos que no habrán de sentarse en el banquillo: el director de la Policía, el secretario de Estado de Interior y el ministro de lo mismo.
Ellos no son políticos, como Barrionuevo y Vera y es de suponer que sus familias no verán ni medio lógico que los suyos sean los únicos condenados por haber cumplido órdenes. Ya veremos lo que pasa.
SANTIAGO GONZÁLEZ 25/04/13