José Antonio Zarzalejos-El Confidencial
- El secretario general del PSOE proclama ante su militancia que “servir a España” constituye la identidad de su partido, pero ni menciona a Cataluña. Escapismo
“Esa, compañeros y compañeras, es nuestra identidad. Servir a los españoles y españolas. Servir a España”. Con estas palabras arranca uno de los párrafos de la misiva estival del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a sus militantes. Es muy relevante que el presidente del Gobierno transmita a los miembros de su partido que nada menos que la identidad de la organización es “servir a España”. No cabe mayor patriotismo. Porque evita, además, eufemismos tales como “este país”, “el Estado” e incluso la denominación de “patria”, que ha adquirido un sentido diferente desde que antaño el integrismo totalitario manipulase la expresión y hogaño el populismo ultraizquierdista de Pablo Iglesias la invocase. Pero Sánchez presume también de que él, su Gabinete y su partido están construyendo “una España más cohesionada social y territorialmente”.
El problema de este texto es que no dice una sola palabra del gran problema político de España que es la tensión separatista en Cataluña. El secretario general del PSOE se dirige a los militantes del partido tan patrióticamente y ¡ni menciona la peor crisis desde 1978 que afecta a la propia entidad de la nación! Sustituye una explicación, siquiera de circunstancias, por un virulento ataque a la oposición, que califica como la “más hostil y furibunda de Europa”. Quizá lo sea, pero ¿qué adjetivos cuadran a los partidos que apoyan al Gobierno?, ¿cabría afirmar que ERC no atenta contra el Estado y la Constitución al gobernar con la CUP y con JxCAT y propugnar la autodeterminación y la amnistía?, ¿no son “hostiles” y “furibundos” los dirigentes de Bildu que ya preparan para septiembre una bienvenida popular a Henri Parot, etarra que ha asesinado a 39 personas?, ¿qué implica más problema para la viabilidad de España como Estado y como nación, la renovación del Consejo General del Poder Judicial o su integridad territorial?
De nuevo, en esta carta pretendidamente patriótica, Pedro Sánchez se muestra tan escapista como en él es habitual. Huye de aquellas políticas inexplicables, de aquellas contradicciones irresolubles, de aquellas decisiones incoherentes —ni una palabra tampoco sobre los indultos, ni una pedagógica explicación sobre su motivación basada en una supuesta “utilidad pública”— y se aparta dolosamente de un relato creíble que engarce lo que hace con lo que dice.
Ocurre que la militancia del PSOE, ante las ciabogas políticas de su secretario general, necesita que el líder no se olvide de que el socialista es un partido de Estado, que su proyecto histórico desde 1978 ha sido de compromiso con la Constitución en sus aspectos más esenciales —la forma de Estado y el modelo territorial— y que reclama que se le mencione el concepto de España como referencia de solidaridad, de igualdad, de bienestar que remite a una unidad territorial en cuyo perímetro la ciudadanía está por encima de los ‘nichos’ identitarios con los que el progresismo desvirtúa el sentido de pertenencia a una comunidad de valores.
«La España multinivel moderna es la que ofrece cauces democráticos de diálogo y pacto en el marco de la ley »
La carta patriótica de Sánchez es, sin embargo, coherente, en sus silencios y omisiones, con el borrador conocido de la ponencia marco del 40º Congreso Federal del PSOE que se celebrará en octubre. Era de suponer que en ese texto se abordase la cuestión catalana. Esta es la reflexión que aparece:
“También nos preocupa la amenaza del neocentralismo de quienes desprecian los logros evidentes del Estado de las autonomías. La España multinivel moderna es la que ofrece cauces democráticos de diálogo y pacto en el marco de la ley para dar salidas a situaciones como la de Cataluña, en clave de mayor profundización del Estado de las autonomías. El fortalecimiento del proyecto de España se sustenta en la promoción de los idiomas cooficiales, la sensibilidad hacia sentimientos de pertenencia diversos, el fomento del diálogo interterritorial o la cooperación leal entre administraciones (…) La mejora de la convivencia en el seno de la sociedad catalana y el mejor encaje del autogobierno catalán con el resto de España constituyen objetivos de primer orden para los y las socialistas. El Gobierno de España ha impulsado de forma decidida y valiente la agenda del reencuentro para fomentar el diálogo, el entendimiento y el pacto dentro de la ley, como el único camino viable para avanzar con esperanza de éxito en aquellos propósitos. Esta es una apuesta firme de los y las socialistas”.
El mundo al revés: lo que preocupa a los redactores de este texto rutinario es el ‘neocentralismo’ pero no el independentismo, al que la ponencia no solo no hace ningún reproche, sino que parece absolver de sus sediciosas pretensiones al proclamar que se han olvidado —¿por quién?— los principios del Estado autonómico. Cierto es que ni en la carta patriótica de Sánchez ni en la ponencia del congreso de octubre se alude a la plurinacionalidad o a la ‘nación de naciones’, pero se apresa el concepto de la España ‘multinivel’, una expresión que no aparece en nuestras leyes y que hasta el momento se ha utilizado para orientar los criterios de colaboración desde entidades supranacionales hasta las locales.
Mi buen amigo Jordi Sevilla, exministro de Administraciones Públicas (2004-2007), me proporciona alguna documentación al respecto: un trabajo académico de Joan Subirats, catedrático de Ciencia Política, publicado en 2007 en la revista argentina de reflexión y análisis ‘Postdata’, titulado “España como sistema multinivel de gobierno: logros y frustraciones, notas para un balance de 25 años”, y otro de Sergio Castel Gayán, administrador superior de la Comunidad Autónoma de Aragón, bajo la rúbrica de “El Estado autonómico y el Gobierno multinivel”, publicado en 2010 por la Fundación Manuel Giménez Abad de Estudios Parlamentarios y del Estado Autonómico. Seguramente habrá más material doctrinal al respecto, pero no por ello se puede dejar de constatar que los redactores de la ponencia marco del PSOE han extraído del baúl de los recuerdos una expresión ajena a nuestra cultura jurídica y eufemística en su significación que puede prestarse a interpretaciones varias, según conveniencia del momento.
En conclusión, patriotismo ‘à la page’, pero sin citar por dónde el proyecto nacional hace agua y debido a qué: Cataluña, sin duda, y por las erróneas políticas de este y anteriores gobiernos, aunque nadie ha alcanzado los registros de inconsciencia y temeridad del patriótico Pedro Sánchez. Hay cartas que es mejor no escribir porque el silencio es más decoroso que la impostura.