Santiago González, EL MUNDO, 23/5/12
Esperanza Aguirre ha manifestado su parecer en torno a la gamberrada colectiva del viernes en el estadio del Manzanares. No es cuestión menor que la propuesta de pitar al himno nacional y al representante de la Casa patrocinadora se hiciera en el Congreso, por invitación de Amaiur y con la presencia de parlamentarios de CiU, ERC, ICV, BNG y el apoyo ausente del PNV, que siempre ha sido un especialista en estar sin haber ido.
Aguirre ha dicho que si se materializa la amenaza, debería suspenderse el partido y reanudarlo otro día a estadio cerrado. Invocaré la virtuosa llamada de Duran Lleida a respetar la libertad de expresión de la parte más semoviente de las aficiones vasca y catalana, para que dicha libertad pueda amparar también a la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Hay que ver qué raro es todo. El Barça y el Athletic quieren jugar en la liga española, sus jugadores se mueren por ser llamados a la selección y unos y otros muestran una enorme ilusión por ganar la Copa del Rey. ¿Tiene sentido que abucheen al patrocinador y los símbolos del Estado anfitrión? El Athletic ganó varias veces la Copa, cuando se llamaba del Generalísimo, con muy buenos modales y sin perder la compostura. Yo recuerdo al capitán de la selección española, José Angel Iríbar, recibido en audiencia por el dictador sólo cinco años antes de participar en mítines de Herri Batasuna, lo que le costó perder al principal cliente de su almacén de patatas: el Ejército español. El portavoz de Amaiur que anima toda esta tangana defendió no pocas veces los colores de España en la selección de balonmano.
Pongamos orden en todo este ludibrio. Que venga Stéphane Dion, padre de la Ley de la Claridad que acabó con el independentismo quebequés, y explique las tres condiciones de la ley, que no me caben aquí, pero hablemos de cómo afectaría al caso que nos ocupa: comer y sorber no puede ser. ¿Cómo se pueden tener dos selecciones a la vez y no estar loco?, cantaba aproximadamente Antonio Machín. El modelo son Gales y Escocia. Tienen sus propias selecciones y también sus propias ligas. No se aflijan. La división de honor de la liga vasca estaría formada por el Athletic, la Real y el Alavés. Seis partidos y los tres equipos a la Champions, si la Uefa quiere, que eso no está claro.
Transigir con esta humillación abonará la siguiente. El Estado y la Casa del Rey deberían tomar nota. El grupo parlamentario de Errekondo, el antiguo defensor de los colores de España, ha transformado el Congreso en la casa de Viridiana. Tras la cena de los mendigos, que termina en orgía de borrachos, la mismísima Viridiana, alma caritativa que los había recogido de la calle, es violada por uno de sus protegidos. ¿Cómo extrañarse del juicio que emitía sobre ella la pordiosera Lola Gaos: «La señorita es muy buena, pero un poco chalá»?
Santiago González, EL MUNDO, 23/5/12