Agustín Valladolid-Vozpópuli

  • Todos saben que esto no da más de sí, que está finiquitado. Falta por saber cuándo decidirá el Supremo Ser Benefactor poner la lavadora

Sudar la camiseta, expresión muy del gusto del argumentario gubernamental, es una cosa; ponerse todos los días la misma camiseta sudada es otra muy distinta. En estos dos años cumplidos de legislatura, Pedro Sánchez sigue con lo puesto. No dos, sino tres años largos sin aprobar las cuentas del Estado; más de 1.300 días sin cambiarse de ropa. Otro récord: España, único país de la Unión Europea que hasta ahora no había presentado un plan presupuestario; ni un plan fiscal a medio plazo. Ni nada de nada.

Bueno, rectifico: en lo que al movimiento de dinero público se refiere, este gobierno hace mucho más de lo que a simple vista vemos. Por ejemplo: desde 2020 el Ministerio de Hacienda sigue realizando transferencias de créditos sin pasar por el Consejo de Ministros, una extralimitación inadmisible que en la práctica supone el incumplimiento de la Ley General Presupuestaria. O su reforma encubierta, que no se sabe qué es peor.

También reparte subvenciones a cascoporro, como lo hacen otras administraciones públicas, dicho sea para no faltar a la verdad. Véase sin ir más lejos esto que acaba de revelar aquí Francisco Núñez: 100.000 millones en ayudas a asociaciones, partidos, empresas, sindicatos y organismos varios, algunos curiosos, como la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), radicada en Suiza, que en 2024 recibió 90 millones de euros. Un gobierno antinuclear financiando una institución, por otra parte utilísima, que estudia la aplicación científica de la energía nuclear.

Un grave déficit democrático

Pero no perdamos el hilo. La continuada falta de unos presupuestos en regla no es solo una irresponsabilidad económico-financiera que imposibilita la correcta distribución de los recursos e impide su optimización. Supone sobre todo la consolidación del gravísimo déficit democrático consistente en eludir de forma sistemática el debate parlamentario sobre el uso del dinero público. La AIREF se ha visto obligada a recordarlo: “El presupuesto es algo más que un instrumento de política económica: es ante todo un instrumento de rendición de cuentas y de control esencial en las democracias. Y por eso su presentación ante las Cortes es una obligación constitucional”.

La institución que preside Cristina Herrero -por poco tiempo, una lástima-, ha amonestado al Gobierno subrayando que solo unos presupuestos aprobados con luz y taquígrafos garantizan “que los ciudadanos conozcan los planes de los gobiernos”, justo lo contrario de lo que practica el actual Ejecutivo, que también ha extendido a los fondos europeos el grueso manto de opacidad tras el que gestiona muchas partidas de gasto.

Opacidad y mala gestión, porque es esta, la pésima administración y en ocasiones el descontrolado uso de los dineros prestados o entregados a fondo perdido vía Comisión Europea, la causa principal de que, a fecha de hoy, únicamente hayamos recibido el 50 por ciento de esos fondos, cuando solo nos queda para gastarlos, de acuerdo a los compromisos adquiridos y los plazos pactados, el 20 por ciento del tiempo fijado como límite.

Al loro con Andalucía

Pero aquí no pasa nada. Qué digo, no es que no pase, es que tenemos que estar agradecidos al Supremo Ser Benefactor, porque “lo más notable de estos dos años ha sido la fortaleza personal y determinación política de Pedro Sánchez”, según le han dicho a Lucía Méndez fuentes próximas (y tan próximas) al “notable” presidente. “Llegará a las elecciones en su mejor momento (…). La economía funciona”. En Babia. Están en Babia.

¿La realidad? ¿Qué es eso? Ellos a lo suyo, a lo abstracto, a dibujar el retrato de líder-apoyado-en-mesa-de-estilo-victoriano-y-frondoso-jardín-al-fondo. Parece que lo que la genialidad mercadotécnica perseguía era recuperar voto joven sin desatender a los jubilatas, cada vez más enganchados, dicen, a TikTok. 800 asesores para esto. Otro dispendio.

“No hemos dejado de trabajar para mejorar la vida de la gente de a pie”, dice el number one en el reel. Con un par (de huevos duros). A lo Marx (Chico). Un 26% de la población española, 12,5 millones de personas, está en riesgo de pobreza o exclusión social, pero “la economía funciona”. Están en Babia; o en campaña. Más bien lo segundo.

Todos están ya en campaña. Todos saben que esto está finiquitado, y la hipótesis de ahora mismo, salvo brusca alteración del calendario judicial previsto, es que el cambio de camiseta, el game over de una legislatura sucia y crispada hasta extremos grotescos, estará estrechamente vinculado a lo que se decida en Andalucía. Al loro.