Santiago de Pablo-El Correo
La creación de ETA fue un proceso largo pero, mientras no aparezcan nuevos documentos, hay que afirmar que se fundó como tal en julio de 1959, sin que podamos precisar el día exacto
Recientemente Gaizka Fernández Soldevilla publicaba en EL CORREO (27 de junio de 2019) un artículo sobre la autoría del asesinato en 1960 de Begoña Urroz, atribuido a veces equivocadamente a ETA. Poco a poco, su historia va conociéndose con mayor rigor, aunque a veces los prejuicios ideológicos dificultan esta tarea.
Esto es lo que sucede con la fecha de fundación de ETA, que ha dado lugar a una fuerte controversia, a veces teñida de presentismo. Todavía hoy, los diversos autores fluctúan entre diciembre de 1958 y julio de 1959, concretando algunos que fue el día de San Ignacio, es decir, el 31 de julio de ese año. Esta última fecha fue durante mucho tiempo admitida como el día oficial de la creación de ETA. Desde la Transición, algunos autores contrarios a la banda armada aprovecharon esa supuesta coincidencia con el día del fundador de la Compañía de Jesús y de la fundación del PNV, en 1895, para sacar conclusiones sobre una supuesta ‘cuna’ jesuítica y jeltzale de ETA.
Fue precisamente esta identificación la que hizo reaccionar a la izquierda nacionalista radical, que a partir de 1993 defendió sin fisuras que ETA se había fundado a finales de 1958 y que lo del día de San Ignacio era «un cuento que alguien se ha inventado» para sacar «conclusiones místico-folletinescas» y vincular a ETA con el clericalismo y el PNV. Es significativo que esta nueva cronología apareciera en un documento incautado a la dirección de ETA en marzo de 1992 y que todavía en 2018, con motivo de su disolución, la organización afirmara cerrar un «ciclo de 60 años».
En un artículo publicado recientemente en el número 48/1 de la revista ‘Historia Actual Online’, me he acercado a este tema de modo exhaustivo. Para ello he rastreado toda la bibliografía y la documentación disponible: libros y artículos, documentos de la organización, informes policiales, fuentes del PNV o de su rama juvenil EGI, de la que se escindió el grupo que luego formó ETA, prensa clandestina y testimonios de los fundadores (Julen Madariaga, José Luis Álvarez Enparantza, José María Benito del Valle, etc.).
Una de las conclusiones de esta investigación es que estos últimos son poco fiables. De hecho, entre ellos no se han puesto nunca de acuerdo sobre la fecha, el lugar y las circunstancias de la creación de ETA. Además, cada uno de ellos ha ido cambiando su testimonio a lo largo de los años pues, como nos sucede a todos, es muy difícil retener los detalles con el paso del tiempo.
Más interesantes, por tratarse de fuentes coetáneas a los hechos, son las publicaciones clandestinas del EGI escindido del PNV, que dio origen a ETA. Los dos boletines de este grupo (‘Zabaldu’ y ‘Kemen’) se publicaron con el subtítulo de ‘Órgano de Euzko-Gaztedi’ hasta finales de 1958. El segundo de ellos apareció en enero de 1959 sin decir qué organización lo editaba, lo que indica un proceso de transición, aún no concluido. Por fin, en julio de 1959 apareció ‘Kemen’ como «Boletín interno de la Organización E.T.A. (Euzkadi Ta Azkatasun)».
La documentación original de la época -generada tanto en el País Vasco como en el exilio francés y en Venezuela, donde estuvo uno de los primitivos focos de apoyo a ETA- confirma que, aunque la separación del EGI rebelde al PNV se fraguó a lo largo de 1958, en los primeros meses del año siguiente aún no se había creado definitivamente una nueva organización. Entre diciembre de 1958 y febrero (o incluso mayo) de 1959 aún continuaban las negociaciones con el PNV para evitar una ruptura.
En el Archivo del Nacionalismo Vasco, de la Fundación Sabino Arana, se conserva un manifiesto de carácter fundacional, en el que ETA da a conocer su reciente creación. Este manifiesto tiene la fecha de «Julio de 1959», sin especificar el día, lo que indica que no se fundó el 31 de ese mes o que, si fue así, no se dio ninguna importancia a esa fecha icónica, pues ni siquiera se molestaron en incluirla. Además, según ‘Zabaldu’ de agosto de ese año, la primera acción reivindicada por ETA fue la colocación de unas ikurriñas en el Arenal de Bilbao, el 17 de julio, víspera del aniversario de la sublevación militar de 1936.
Conocer con total certeza el día exacto en que se fundó ETA es, a día de hoy, imposible, debido a que se trataba de una organización clandestina, a la escasez de documentación y a la volatilidad de los recuerdos con el paso del tiempo. Sin embargo, la investigación histórica debe basarse en las fuentes disponibles, analizando su fiabilidad y contrastando unas con otras. La creación de ETA fue un proceso largo y tortuoso pero, mientras no aparezcan nuevos documentos, hay que afirmar que ETA como tal se fundó en julio de 1959, sin que podamos precisar la fecha exacta: con seguridad, fue antes del 17 de julio, lo que invalida la tesis del día de San Ignacio y las interpretaciones sobre la ideología de ETA que a partir de esa coincidencia se han realizado en ocasiones.
A la vez, también la documentación con que contamos desautoriza la teoría que adelanta la fundación de ETA a finales de 1958. Aún más fantástica es la cronología aparecida en una ‘Breve historia de ETA’ publicada por la editorial Txalaparta hace dos años, que indicaba: «01-12-1958. Nace ETA». No hay ni una sola fuente que avale el 1 de diciembre como fecha fundacional de la organización, lo que parece indicar que esta especificación forma parte de una operación propagandística para impugnar el 31 de julio y distanciarse así del PNV y de los jesuitas. Si en el futuro aparece nueva documentación, la historiografía académica cambiará ese dato, pero nunca lo hará por favorecer una determinada versión apriorística de la historia. Y aún menos siendo la de una organización que ha dejado tras de sí más de 850 muertos y casi 2.600 heridos.