EL MUNDO 24/11/14
· El etarra «cobra» de Iratzar por «reagrupar a las masas» en torno a la estrategia radical
No todos los etarras que han salido de prisión en el último año han quedado en la cuneta. Al menos uno de ellos ha encontrado acomodo en una nueva iniciativa de Sortu. El etarra es José Antonio Ruiz, Kubati, uno de los asesinos de Yoyes, con 13 muertes a sus espaldas y uno de los beneficiados por la anulación de la doctrina Parot. Es la Fundación Iratzar, patrocinada por Sortu y dedicada, en la nueva apuesta estratégica de la izquierda abertzale, a la «revolución democrática y construcción del estado vasco en el camino del socialismo del siglo XXI». Según las fuentes consultadas por éste periódico, Kubati «trabaja y cobra a través» de la mencionada fundación.
La última vez que José Antonio Ruiz tuvo un papel protagonista fue en el acto público de Durango en el que ejerció de portavoz de unos 80 ex presos beneficiados por la decisión del Tribunal de Estrasburgo y que, con su presencia, mostraron su acuerdo con la línea ortodoxa adoptada por la izquierda abertzale tras el «cese definitivo» anunciado por ETA. En aquel acto, pidió la «amnistía» para los presos y la «autodeterminación» para el pueblo vasco y, por supuesto, no mostró ni un ápice de la reflexión o el arrepentimiento necesarios para pagar a las víctimas de sus atentados las indemnizaciones a las que fue condenado por los tribunales y que deberían detraerse de su sueldo, siempre que éste supere una cantidad determinada.
La trayectoria de Kubati, una vez ingresó en prisión, atravesó algunos altibajos que él siempre ha negado pero que, en cierto momento, le llegaron a costar cierto descrédito interno. Durante las negociaciones entre el Gobierno de Felipe González y ETA en Argel, a finales de los años 80, las conversaciones mantenidas con su familia en prisión le mostraban como un duro entre los duros que vaticinaba «pepinazos» inmediatos contra militares que darían al traste con el intento de encontrar una salida a la organización terrorista. En 1992, en una carta dirigida a la entonces dirigente Belén González Peñalba, este etarra abogaba por «una organización armada fuerte que, golpeando con efectividad, haga cometer al enemigo los errores suficientes para que el reagrupamiento de masas en torno a nuestra estrategia sea un hecho».
Sin embargo, dos años después, fue incluido, junto con su compañero Latasa Getaria, en un grupo de reclusos que, en diferentes centros penitenciarios y, apartados del resto de los terroristas, debatían sobre la conveniencia de «abandonar la lucha armada». En 1994, una grabación recogía una de sus reflexiones: «¿Mi opinión personal? Que quiero que esto se acabe y llevar una lucha política» y admitía no estar tan convencido «de lo que pensaba», pero después añadía: «Pero yo estoy marcado para toda la puta vida y lo único que puedo hacer es intentar desde dentro que esto se solucione».
Aquellas conversaciones grabadas con el recluso sin su conocimiento fueron interpretadas como si éste diera marcha atrás y Kubati salió a la palestra en el diario Egin asegurando que todo era una manipulación y que él no cuestionaba la estrategia de asesinatos de ETA. Su compañero en el asesinato de Yoyes, José Miguel Latasa Getaria, Fermín, fue expulsado entonces de la organización y considerado un colaboracionista con el Estado, un insulto que él siempre negó.
Hace menos de un mes fue noticia porque intentó suicidarse en el garaje de su casa en Vitoria.
Así pues, Kubati ha acabado trabajando para «reagrupar a las masas en torno a nuestra estrategia» pero en esta ocasión sin atentados y, según la fuentes consultadas, cobrando finalmente por ello.
La Iratzar Fundazioa, se presenta en internet como un lugar cuyo campo principal de intervención son «la batalla de las ideas, al servicio de las ideas para lograr una Euskal Herria libre, socialista, independiente, euskaldun y feminista». Sostiene, como Sortu, que la trayectoria de la izquierda abertzale es «el fruto de la trayectoria de años» pero con «la vista puesta en el futuro». Asegura que pretende «ensamblar la izquierda abertzale y Euskal Herria en el mapa mundial de la emancipación y las renovaciones ideológicas y políticas» y tiende la mano a todos aquellos que quieran trabajar «en común por una Euskal Herria más justa».
La Fundación fue presentada el pasado 20 de febrero en el Euskalduna de Bilbao por Hasier Arraiz, el coordinador general del Consejo Nacional de Sortu y por Floren Aoiz, director de la Fundación.
En 2013, Arraiz explicaba por enésima vez que, cuando Sortu se refiere a la trayectoria de años, quiere decir que «no estamos dispuestos a rechazar y revisar nada de aquello. Reivindicamos lo que fuimos y lo que somos, lo que hemos hecho y lo que hacemos, como no puede ser de otra manera».
Junto con Arraiz, en aquella presentación tomó la palabra Floren Aoiz, todo un veterano de la izquierda abertzale. Su estrella se apagó durante un tiempo por motivos familiares, por el modo en cómo ETA resolvía determinados conflictos personales, pero su trabajo fue recuperado tras la ilegalización de Batasuna y durante la negociación entre la banda y el Gobierno de Rodríguez Zapatero cuando toda regeneración de siglas era necesaria para presentar a las distintas convocatorias electorales.