EL PAÍS 07/09/14
· El 45% pide respetar una eventual suspensión de la consulta y el 23% apoya ignorar la sentencia
· Solo un tercio ve posible la independencia de Cataluña
· GRÁFICO La ciudadanía catalana ante la Diada del 11 de septiembre
Los crecientes nubarrones que se ciernen sobre la consulta de autodeterminación que la Generalitat quiere convocar para el 9 de noviembre no han hecho variar la opinión mayoritaria de los catalanes sobre la necesidad de cambios profundos en las relaciones entre Cataluña y el resto de España. Sin embargo, una mayoría rechaza la vía de convocar una consulta de autodeterminación que no esté autorizada por el Gobierno central o que haya sido suspendida por el Tribunal Constitucional. El 45% considera que en este caso se debe acatar la sentencia y negociar una nueva convocatoria de la votación que se ajuste a la legalidad y solo el 23% apoyaría que se celebre la consulta pese a una eventual suspensión. Otro 25% se inclina por encontrar una salida que no requiera consulta.
Los catalanes piden mayoritariamente el respeto escrupuloso a la legalidad después de que en las últimas semanas el Gobierno catalán y los partidos favorables a la consulta hayan discrepado abiertamente sobre qué medidas adoptar si, como todo parece indicar, el Gobierno recurre la convocatoria de la consulta de autodeterminación y el Tribunal Constitucional la suspende. El presidente catalán, Artur Mas, mantiene que él solo hará una consulta legal, pero considera que esta legalidad se la puede dar la ley catalana de consultas, algo que rechazan de plano los dos grandes partidos nacionales. Mas está atrapado entre quienes le exigen respeto absoluto a la legalidad y sus socios de Esquerra Republicana, que piden ignorar una eventual suspensión de la votación y sacar las urnas a la calle.
El sondeo de Metroscopia realizado para EL PAÍS se realizó entre el 2 y el 4 de septiembre, después de abundantes contradicciones también en el seno del Gobierno catalán sobre si la consulta se acabará convocando. Solo los potenciales votantes de CiU y ERC se muestran partidarios mayoritariamente de ignorar la sentencia del Tribunal Constitucional y celebrar la consulta pase lo que pase. Acatar la sentencia y negociar una nueva consulta es la opción favorita de quienes piensan votar a PSC, PP, Iniciativa, Podemos, PP y Ciutadans. Entre los más favorables a buscar una alternativa que no requiera una consulta están los votantes de Podemos (30%) y los de Iniciativa (29%). El tamaño de la muestra (1.000 personas) impide hacer extrapolaciones entre partidos con menos intención de voto.
En cualquier caso el nuevo curso político catalán, que se abrirá este jueves con los actos de la Diada y la manifestación independentista, arranca con un ligero aumento de los partidarios de encontrar una vía para Cataluña que le garantice mayores y blindadas competencias sin declarar la independencia. Esta llamada tercera vía es la opción favorita del 42% de catalanes, cuatro puntos más que en la encuesta de julio. Estos cuatro puntos son los mismos que pierde el bloque independentista, que se queda con un 27%. Los partidarios de mantener el actual orden de las cosas se mantienen estables con un 19%.
Fuente: Metroscopia
El sondeo revela una creciente división en el seno de Convergència i Unió. La opción independentista, que es defendida sin ambages por la nueva dirección de CDC, seduce apenas al 51% de sus votantes. El resto apoyan mayoritariamente que Cataluña siga formando parte de España pero con nuevas y blindadas competencias en exclusiva. La opción de una tercera vía es mayoritaria entre los votantes de PSC, ICV, Podemos y Ciutadans. Solo los votantes del PP defienden mantener el actual sistema autonómico.
Pero una cosa son los deseos y otra la confianza que hay en hacerlos realidad. Sobre la independencia solo los votantes de ERC creen que es un horizonte posible en un futuro no muy lejano. Entre los propios votantes de CiU las opiniones se dividen casi por mitades. En el resto de los electorados la opinión dominante es que la independencia tiene muy pocas, o nulas, probabilidades de llegar a ser realidad. Actualmente, la opción escéptico-pesimista es siete puntos superior a la del pasado julio.
A la hora de buscar una salida que no pase por la consulta las elecciones anticipadas son la opción favorita de todas las familias políticas sin excepción. Dos de cada tres catalanes apoyan esta opción, si bien son los votantes de ERC y Podemos los que piden elecciones anticipadas en una mayor proporción.
Lo que sí divide profundamente es la pregunta de si estas elecciones deberían tener carácter plebiscitario, entendiendo este concepto como que los partidos soberanistas se presenten dentro de la misma lista. Solo los votantes de CiU y ERC lo ven con buenos ojos y con un apoyo del 50%. Los partidarios del resto de formaciones lo rechazan tajantemente, llegando al 94% en el caso de Ciutadans.
La irrupción de Podemos entre las preferencias del electorado catalán perjudica a todos los partidos establecidos. Sin embargo, sigue muy viva la idea de que quien marca el ritmo político en Cataluña es el líder de ERC, Oriol Junqueras. Hoy por hoy solo los electores de CiU creen que es el presidente de la Generalitat, Artur Mas, es el verdadero piloto de la nave.