Una multitud para presionar a Rajoy

EL CORREO, 8/1/12

Decenas de miles de personas asisten a la mayor marcha por los presos

La izquierda abertzale evita pedir indultos o la amnistía y exige al Gobierno del PP que «cumpla la ley»

La izquierda abertzale no buscaba ayer ni salidas de tono ni confrontaciones gratuitas. Quedó meridianamente claro que lo que perseguía era una fotografía contundente de las calles de Bilbao abarrotadas de gente en defensa «de los derechos más elementales» de los presos de ETA. Una imagen incontestable que le sirva para redoblar la presión sobre el Ejecutivo de Mariano Rajoy e insistir en la necesidad de que se acometan modificaciones urgentes en la actual política penitenciaria, «anclada en criterios de venganza y represión», teniendo en cuenta el «abrumador» respaldo de la sociedad vasca. Y lo logró. El mundo aglutinado en torno a Amaiur demostró que conserva intacta su capacidad de movilización y que, si se propone organizar una de las marchas más multitudinarias de todas las convocadas por la izquierda abertzale en su historia, es capaz de conseguirlo. Habían anunciado una movilización «colosal» -parafraseando la obra ‘Kolosala izango da’, de Joseba Sarrionaindia- y se jactaron a su término de que «hoy es inevitable para el mundo mirar a Euskal Herria». «Hemos conseguido desbordar las calles de Bilbao», se congratularon.

LAS REACCIONES
XABIER MIKEL ERREKONDO DIPUTADO DE AMAIUR
«Rajoy tiene que hacer una lectura adecuada de esta fotografía y empezar a dar pasos»
PATXI ZABALETA COORDINADOR GRAL. ARALAR
«La solución tiene que tener en cuenta no solo a las víctimas, también a los presos políticos»
ROBERTO MANRIQUE VÍCTIMA DE HIPERCOR
«Si la ley dice que se les puede acercar, lo acato. Pero también pido que cumplan sus condenas»
TXARLI PRIETO SEC. GENERAL PSE ÁLAVA
«Instrumentalizar a los presos es muy negativo para la convivencia en Euskadi»

Demostraron también que pueden lograr que esa misma marcha transcurra sin incidentes -a excepción de algunos silbidos y abucheos a la Ertzaintza cuando se acercó a informar a los organizadores de las condiciones establecidas por la Audiencia Nacional- y sin vulnerar, precisamente, el auto del juez Fernando Grande Marlaska, que la autorizaba a condición de que no se exhibieran fotografías de reos de la banda ni se les tildara de «presos políticos». La plataforma convocante -Egin dezagun bidea (Hagamos el camino)- se abstuvo de hacerlo, aunque los políticos asistentes -de todas las fuerzas firmantes del Acuerdo de Gernika; izquierda abertzale, EA, Alternatiba y Aralar- no tuvieron empacho en utilizar esa expresión en su valoración al inicio del acto.

También se encargaron de dejar claro el verdadero objetivo de la convocatoria: que el Gobierno del PP «tome nota» de la imagen que ofrecieron ayer algunas de las arterias más céntricas de la capital vizcaína y reaccione no ya con amnistía o indultos colectivos sino limitándose a «cumplir la ley», tal como subrayó el diputado de Amaiur en el Congreso Xabier Mikel Errekondo. Eso implica, según reclamaron los manifestantes, atenerse «a la propia legislación española» y poner fin a la actual política de dispersión, derogar la llamada ‘doctrina Parot’ y dejar en libertad a los presos gravemente enfermos, a los que han cumplido tres cuartas partes de la pena y a los preventivos en espera de juicio. Una respuesta implícita al consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, que había pedido a la izquierda abertzale que centrase sus reivindicaciones en demandas «realistas y viables» y en ningún caso en salidas colectivas. «Nuestras reivindicaciones son tan claras y posibles que hasta sus propias bases las comparten», replicaron los convocantes al Ejecutivo López.

Aunque no se facilitaron cifras oficiales del número de asistentes, lo cierto es que el recorrido previsto estaba atestado de manifestantes cuando la cabecera de la marcha aún no había salido del punto de inicio, la plaza de La Casilla. Desde allí, la calle Autonomía, hasta Zabalburu, se veía claramente llena. Los asistentes, decenas de miles, se agolpaban en las aceras no sólo en la citada calle, sino también en Hurtado de Amezaga, mucho más despejada en otras convocatorias anteriores de la izquierda abertzale.

Los voluntarios encargados de la seguridad de la marcha -montaron su propio dispositivo, al margen del despliegue de furgones y helicóptero de la Ertzaintza y del operativo de la Policía municipal-, todos ellos con peto azul con el mapa que simboliza el acercamiento de presos, pedían a los asistentes que se subieran a la acera y dejaran espacio para que la manifestación pudiera avanzar. Lo hizo, pero a paso muy lento, precedida por furgonetas conducidas por los voluntarios que cubren los traslados de familiares a cárceles de fuera de Euskadi. Este fin de semana no ha habido visitas, para que todos los allegados pudieran estar ayer en Bilbao. La cabecera llegó a las escalinatas del Ayuntamiento a las siete de la tarde, una hora y media después del inicio, y a esa hora aún quedaban manifestantes sin salir de La Casilla. Como dato, los organizadores recordaron que, sólo desde fuera de Bilbao, llegaron más de 16.000 personas en 300 autobuses.

Sin excusas ni demoras

El protagonismo recayó en los familiares de los presos, encargados de abrir la marcha en hileras de a uno encabezadas por una vela encendida, todos con la leyenda ‘Euskal presoak, Euskal Herrira’ en carteles o pañuelos al cuello con el logotipo de Etxerat pero sin fotografías de sus allegados. Sí se vieron, entre la multitud, algunas pancartas con imágenes o nombres, pero fueron escasas. La marea humana cubrió el trayecto en silencio, salvo por dos únicas consignas coreadas durante todo el recorrido, ‘Euskal presoak etxera’ (presos vascos a casa) y ‘Presoak kalera amnistia osoa’ (presos a la calle y amnistía para todos).

Esa exigencia se quedó, sin embargo, en la frase hecha y tantas veces repetida. En el manifiesto final, que leyeron la cantante del grupo Gose Inés Osinaga y Jon Garai, no se exigieron indultos, sino que se recordó al Ejecutivo central que, tras la marcha de ayer, «ya no hay excusas ni caben más demoras» para poner fin a «las crueles medidas de excepción» con los presos. Una petición, en definitiva, a los Gobiernos español y francés para que aborden «de manera positiva» el proceso «para una solución definitiva del conflicto, abriendo las puertas al regreso de presos y exiliados». Un camino que auguraron «largo» pero también «fructífero». La bertsolari Alaia Martin y el cantante Fermín Muguruza pusieron el broche final al acto. El excomponente de Kortatu reprodujo, a ritmo de rock, el cántico que ya habían entonado los asistentes: ‘Hator hator etxera’.

EL CORREO, 8/1/12