Tú la llevas, Aitor

Debe uno confesar que le provocó una cierta perplejidad oír a Andoni Ortuzar blasonando en julio de 2023 que “hemos frenado a la derecha” antes de dirigirle a Sánchez la jaculatoria ritual de ‘a ver qué me das por esto’. Frenar a la derecha era un propósito bizarro para el presidente de un partido que tiene como lema ‘Dios y ley vieja’, pero así está el tema.

Yo tuve mi primera noticia de Ortuzar el 20 de agosto de 1982, cuando los dos éramos periodistas, jóvenes y bastante indocumentados, él en el diario ‘Deia’ y yo en un periódico socialista de vida efímera que se llamó ‘Tribuna vasca’. Él escribió ese día una información que empezaba diciendo: “Solo faltan 56 días para la visita del Papa” y esa frase me puso la pluma cachonda de manera irremediable: “Solo faltan 56 días dice el tronco, como si el personal pudiera programar su transporte místico tan a largo plazo”. Me contó Eduardo Sotillos, mi director entonces, que había recibido una llamada del director de Deia para protestar por lo que le parecía una ofensa.

Lo conocí personalmente tiempo después, cuando era el número dos de mi amigo y ex camarada  Iñaki Goikoetxeta, que había sido captado para el PNV vía Euskadiko Eskerra, por Juan Ramón Guevara el consejero más cabal que ha tenido nunca el nacionalismo. Goikoetxeta  fue secretario general de Acción Exterior, lo que ellos consideraban su ministro de AAEE, que tampoco es tanto si uno se fija en José Manuel Albares. Ortuzar le sucedió en Acción Exterior. Llegamos a cenar alguna vez y él protestaba cuando le embromaba acerca de su presunto independentismo o de probables afinidades con Herri Batasuna: “ojo, que yo soy de Sanfuentes”, decía.

Lo de frenar a la derecha tenía su recorrido, porque Andoni fue una pieza clave en aquella indigna. moción de censura con la que Pedro Sánchez desalojó de la Moncloa a Mariano Rajoy, con Aitor Esteban, Aitor el del tractor, como instrumento parlamentario, Digo indigna porque se apoyó en una sentencia ful de José Ricardo de Prada que embutió en ella dos párrafos infames que después anuló el Supremo. Andoni llamó a Mariano para decirle que sus diputados iban a votar la moción y el hasta entonces presidente dejó su cartera en el escaño y se fue a seguir el resto del festejo desde el Arahy. Lo demás es historia.

Total que Aitor y Andoni eran uña y carne hasta que Ortuzar dejó entrever que estaba dispuesto a sacrificarse un cuarto mandato en la presidencia del Euskadi Buru Batzar. Aitor decidió postularse a su vez y la existencia de dos candidatos pasó a ser un exponente de la división que amenazaba al partido jeltzale. Una patria solo necesita un líder y Ortuzar ha echado una paso atrás. Aitor tiene a su favor  la relación conyugal con la familia Atutxa, que es un significante de poder en el nacionalismo vizcaíno. Andoni ha emparentado con la secretaria del EBB, que es un cargo relevante, pero cabe sospechar que la nombró él. Sin embargo, parece que las bases estaban más por Ortuzar, que tenía consigo a 100 batzokis, mientras Esteban solo solo gozaba del apoyo de 70. No me pregunten quien de los dos candidatos mueve más mis simpatías, ambos vienen a ser la misma cosa, porque el PNV es un melting pot que convierte en materia homogénea todo lo que se le ponga dentro.