«Una república social, democrática y ambientalmente justa». Esta es la propuesta de encaje territorial del nuevo espacio político que prepara la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y su entorno más cercano para luchar por la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas. Ayer, el grupo impulsor de los comunes –así se les conoce popularmente– ultimó la ponencia cero, que dibuja las líneas maestras de la formación de cara a su nacimiento previsto para el mes de abril. Al cierre de esta edición, aún seguía el debate sobre el «documento cero» definitivo.
El partido –formado por Barcelona en Comú, Podemos, Iniciativa y EUiA– apuesta por una república catalana «como máxima expresión y realización de su soberanía nacional», aunque no especifica la relación concreta que debería tener con el resto del Estado. Sí que habla de constituirla «en relación fraternal con el resto de pueblos de la Península» y opta por abrir «procesos constituyentes» coordinados entre Cataluña y España «que tengan «en su centro el derecho al ejercicio de la autoderminación de los pueblos». Es decir, que los catalanes puedan elegir qué relación quieren mantener con el resto del Estado una vez proclamada esta «república social, democrática y ambientalmente justa».
De hecho, el documento no menciona en ningún momento la palabra «independencia», como tampoco habla de «federalismo» o «confederalismo», a priori las dos vías mayoritarias en los partidos de izquierdas que integrarán el nuevo espacio de los comunes.
Eso sí, el texto define a Cataluña como «nación» con «soberanía plena» y da por finiquitado el modelo de organización territorial que contempla la Constitución. «Este proceso ha llegado a un punto de no retorno. Para una amplia mayoría de catalanes, ya no se trata de revisar el pacto del 78, sino de iniciar un camino nuevo», señala. Entre otras cuestiones, el extenso documento aborda el «uso preferente del catalán» como «lengua propia y oficial» y fija su uso prioritario en cuatro ámbitos concretos: «la educación, los medios públicos, la toponimia y la Administración de Cataluña».
Pese a que los comunes también hacen referencia al «plurilingüismo» y a la necesidad de «levantar las barreras comunicativas» existentes en los servicios públicos, no mencionan en ningún momento ni el castellano ni cualquier otra lengua.
En economía, el partido de Ada Colau y Xavier Domènech –quien previsiblemente lo acabará liderando– se decanta por un modelo «cooperativo», basado en la «sostenibilidad» y el «cuidado de las personas», que se articularía con un «sector público potente» y ampliamente regulador en materia medioambiental.
Además de apostar por una política fiscal «redistributiva», los comunes también insisten en un sistema de garantía de rentas, en la defensa de la educación y la sanidad públicas, en la protección de la vivienda y las pensiones, y en el freno a la privatizaciones y los recortes de los últimos años, entre otras medidas.
Este «documento cero» se someterá ahora a un debate abierto, estará sujeto a posibles cambios y será la base del proceso participativo que arranca el domingo que viene y que tiene previsto terminar la primera o segunda semana de abril con la asamblea fundacional del nuevo partido.
PUIGDEMONT: «EUROPA ESTÁ AVISADA»
El ‘president’ Puigdemot presumió ayer de tener apoyos internacionales a favor del proceso soberanista y lo hizo en la entrevista ciudadana de TV3, ‘Jo pregunto’. «Todos [los interlocutores europeos] entienden que el referéndum es la herramienta», aseguró el ‘president’ antes de reiterar que la consulta se celebrará igualmente si no hay acuerdo con el Estado. «Está todo el mundo avisado», advirtió al ser preguntado por el papel de las instituciones europeas en el problema de encaje territorial entre Cataluña y España.
En el programa de anoche en la cadena pública catalana, Puigdemont reiteró que las llamadas ‘estructuras de Estado’ que prepara el Ejecutivo «estarán a punto» para cuando toque «culminar» la independencia y aseguró que los inmigrantes no podrán votar en el hipotético referéndum. Además, también defendió el uso del catalán por delante del castellano.