Una sorpresa en Twitter

De vez en cuando, Twitter proporciona un encuentro agradable y este fin de semana ha sido una de esas ocasiones. Me encontré con un hilo firmado por Edmund Burke, una nueva incorporación a la red, a la que se sumó en este mes de febrero. Según cuenta él mismo, «este proyecto de cuenta de Twitter surgió la semana pasada tras comentar con mi mujer las barbaridades que se dicen y -lo peor- se aprueban en algunos parlamentos, sin que (casi) nadie levante la voz. Estamos acostumbrados a que cierta parte de la sociedad pueda decir lo que le venga en gana, apelando a su derecho a la libertad de expresión y a su superioridad política y moral. Como la otra parte de la sociedad nos mantenemos callados (por no provocar enfrentamientos o por evitar que nos tachen de lo que sea) los primeros acaban imponiendo su normalidad a los segundos). Por eso decidí que era el momento de levantar la voz, tanto personalmente en mi día a día como a través de las redes sociºales. Esta nueva cuenta de Twitter tiene por finalidad decir lo que humildemente hay que decir. No servirá para cambiar nada, pero todo grano de arena hace desierto».

Y así colgó, en una veintena de tuits, este impecable relato del Ayusogate:

Estas semanas hablo con mucha gente un poco perdida con el tema del espionaje a Isabel Díaz Ayuso desde Génova y las facturas de su hermano. Hay mucha desinformación, por lo que creo interesante hacer un resumen aclaratorio de los acontecimientos. Abro hilo:

Como ha sido vox populi estos meses, Casado/Egea mantienen un pulso por la presidencia del PP de Madrid. Ayuso considera lógico presidir el partido a nivel regional mientras que en Génova quieren evitar a toda costa la acumulación de poder de la líder más carismática del partido.

En torno a septiembre, llega a Génova una información ¿de Moncloa? sobre unas supuestas comisiones del hermano de Ayuso relacionadas con un contrato a dedo de venta de mascarillas. Casi 300.000 € de comisión por un contrato de 1,5 millones canta mucho, lo que les hace oler la sangre. Ven entonces la oportunidad de utilizar esa información para descabalgar a Ayuso de la carrera por la presidencia del PP de Madrid y, ¿quién sabe?, de la carrera por la Moncloa.

Casado llama a Ayuso a capítulo y en la reunión le enseña la documentación que han recibido. Casado le sugiere muy sutilmente que, si sigue adelante con su candidatura a presidir el PP regional, es posible que esa información salga a la luz. Ayuso no se achanta ante las veladas amenazas de Casado y sigue su cruzada por la presidencia. En esta situación, Casado/Egea deciden cumplir sus amenazas y divulgar la supuesta corruptela de la Comunidad de Madrid y eliminar a Ayuso de la ecuación política.

¿El problema? Que la información que les han filtrado es genérica y abstracta -¿quién sabe si intencionadamente?- y, aunque todo apunta a una supuesta mordida, no pueden estar 100% seguros. Lo que les han hecho llegar es tan solo el modelo 347 de Tomás Ayuso. Ese modelo solo indica el volumen global de operaciones que se han mantenido con un tercero durante un año. Es decir, solo indica la cifra total anual en abstracto, sin detallar partidas, conceptos, ni tan siquiera número de operaciones. Por lo tanto, solo tienen una cifra y una denominación social.

En esta situación, Casado/Egea tratan por todos los medios de conseguir más información sobre esta operación (u operaciones) entre Tomás Ayuso y PRIVIET (que así se llama la sociedad en cuestión) para poder demostrar sin ningún género de duda la presunta corruptela de Ayuso. Para ello, y a través de personal de una empresa pública del Ayuntamiento de Madrid (concretamente, de unas personas que deben sus puestos de trabajo a Génova) tratan de contratar a varias agencias de detectives la obtención de información fiscal del hermano de Ayuso. Algunas de estas agencias (tres que sepamos hasta la fecha) rechazan el encargo por implicar la realización de actuaciones ilícitas e ilegales. No obstante, mientras Casado/Egea consigue la información que les falta, comienzan a filtrar a prensa y oposición la supuesta corruptela.

Ayuso es consciente de esto, dado que desde Génova (siempre off the record) se dedican durante meses a tratar de que algún periodista o algún medio haga pública esta información. Pero la prensa (salvo Ignacio Escolar) se niega en redondo a publicar nada sin pruebas, como es normal. No obstante, en multitud de columnas de opinión e incluso en la propia Asamblea de Madrid se hacen eco de estos intentos de Génova de acusar a Ayuso de corrupta. Pero Ayuso permanece impasible y mantiene el pulso por la dirección del PP madrileño. Guerra fría entre Génova y Sol.

Sin embargo, todo el terremoto entra en erupción cuando uno de los detectives, amigo de Gallardón, le filtra a éste que desde Génova le han intentado contratar para obtener ilegalmente información privada del hermano de Ayuso. Gallardón se lo cuenta a M.A. Rodríguez y éste, a su vez, a Ayuso. La Presidenta de la CAM considera entonces que se han cruzado todas las líneas rojas, así que decide convertir la Guerra Fría en un frente abierto. Filtra a la prensa la chapuza de Génova y da una conferencia pública en la que acusa directamente a la dirección de su partido de ir a por ella.

Se desata entonces todo un cruce de declaraciones, filtraciones y acusaciones cruzadas que tiene su punto álgido en la entrevista de Casado en Herrera en COPE. En ella insinúa/confirma que el hermano de Ayuso se llevó 283.000 € por conseguir a una empresa un contrato con la CAM. De hecho, llega a decir que todo apunta a tráfico de influencias por parte de Ayuso y que, si el contrato con PRIVIET no obedece a algo ilegal, como mínimo, es algo inmoral. Esa entrevista será su tumba.

¿El problema otra vez? Que, como decíamos al inicio del hilo, a Casado le filtraron tan solo el modelo 347 de Tomás Ayuso, por lo que en realidad no tenía ni idea de a qué se debían los 283.000 € cobrados por el hermano de Ayuso. Solo el soplo ¿de Moncloa? de que se debían a una comisión por vender mascarillas a la CAM.

Después de esa entrevista, Ayuso tardó 20 minutos en sacar a la luz que su hermano solo había cobrado 55.000 € de PRIVIET por conseguir mascarillas en China para la empresa. Estas mascarillas luego serían revendidas a la CAM. ¿Y el resto de los 283.000 €? Pues de otros trabajos y servicios distintos que Tomás Ayuso, como comercial de material sanitario durante más de 20 años, había prestado a la empresa, pero sin relación alguna con la CAM.

Evidentemente, existe una gran diferencia (legal y moral) entre llevarse 283.000 € por conseguir un contrato a dedo de una administración pública, y llevarse 55.000 € por conseguir mascarillas en China para una empresa privada. Patinazo mortal de Casado/Egea.

Tras estas revelaciones de Ayuso, en Génova se dan cuenta de que ¿Moncloa? les ha colado un gol por toda la escuadra. Se ven obligados a replegar velas e intentar arreglar las cosas con Ayuso. Pero ya es tarde: han quedado retratados ante sus militantes y ante toda la opinión pública.

Todo lo que sucede después (dimisiones, ceses camuflados de dimisiones, batallas internas, presiones, escarnio público) es de sobra conocido. El último y sorprendente estertor de toda esta historia es la oleada de periódicos que una semana después comenzaron a publicar titulares en los que se decía que la CAM reconocía ahora que Tomás Ayuso había cobrado 283.000 € de PRIVIET. Pero esto ya se sabía. De hecho, al leer los artículos completos, en ellos se decía exactamente lo mismo que había explicado Ayuso una semana antes. ¿Entonces por qué publicaron esas noticias? Porque los medios son conscientes del poder de un buen titular.

Los medios también saben que la gran parte de sus “lectores” no pasan más allá de 30 segundos leyendo sus artículos. Al contrario, la mayoría se quedan con solo con el primer mensaje (que, además, es utilizado hábilmente por los políticos de turno en sus redes sociales). Pero, ¿qué sentido puede tener que los medios quieran dar la razón (al menos superficialmente) a Casado después de una semana atacándolo furibundamente? Muy sencillo:

una vez defenestrados Casado y Egea, se evidenciaba que Ayuso era la más querida por propios y extraños para liderar la derecha española. Así que, después de una semana de loas a Feijoó como adalid del centro y del sentido común, tocaba descabalgar a Ayuso de la carrera por Génova.

Y así es, señoras y señores, como, a su interés, juegan con nuestra información -y con nuestra desinformación- desde los despachos de gobiernos, partidos políticos y medios de comunicación.

Edmund Burkes