VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 06/01/16
· Lo dicho: el baile no acababa ayer, la música va a seguir sonando hasta que el domingo se apague. Porque estos señores, que ya han demostrado que están dispuestos a saltarse las leyes que no les gustan y a desobedecer a los tribunales que les condenan, no van a tener el menor empacho en pasarse las normas procedimentales del Parlament por el arco del triunfo.
Quiere esto decir que, al menor indicio de que un par de miembros de la CUP, no hace falta más, estén dispuestos a saltarse lo decidido el pasado domingo en la enésima votación sobre el futuro político de Artur Mas y vayan a prestarle su apoyo, la presión sobre los otros ocho diputados cuperos para que se abstengan va a ser de tal naturaleza que no descartemos que la diligente y devota Forcadell acabe convocando un pleno de la Cámara el mismísimo domingo si existe una sola posibilidad de seguir adelante llevando los despojos de Mas como estandarte de la soñada liberación de Cataluña.
Ésa es la apuesta real de un Artur Mas que ayer se hundió directamente en el humor negro cuando dijo aquello de que la Presidencia de la Generalitat no era una subasta de pescado. Sí, señor Mas, es exactamente en eso en lo que ha convertido usted su cargo y la institución que lo sustenta. Porque no otra cosa ha sido la subasta a la que se ha sometido frente a sus prestamistas de la CUP que, al final, después de imponerle unos intereses de usura y de que Mas los haya pagado, le han expulsado del garito con un puntapié en el trasero.
Dice Mas que ya no se puede ceder más. Claro que no, porque ya se ha cedido todo lo que se podía ceder. ¡Y a cambio de nada, que es lo mejor de esta historia! Porque Mas no tiene en principio –aunque conviene esperar al domingo a medianoche– opciones para ser presidente pero a cambio los ultraizquierdistas ya tienen en el morral, la resolución impuesta por ellos y que está aprobada por el Parlamento catalán, con su anexo incluido. La victoria de la CUP en este culebrón de ínfima estofa ha sido ya absoluta.
Con esa victoria en la mano, es posible que a los miembros de la CUP se les haya pasado por la cabeza la idea de que unas nuevas elecciones serían muy convenientes para sus propósitos porque piensen que, después de este éxito, sus perspectivas electorales han mejorado. Incluso pueden estar pensando en hacer una oferta electoral de un frente amplio de izquierdas para acceder con comodidad al Gobierno de Cataluña.
Si fuera así, se estarían equivocando gravemente. La repetición de elecciones va a suponer un descenso de la participación y, con ese descenso, ya no les será posible a los independentistas esgrimir un apoyo masivo de los electores a su insensata apuesta de secesión. Por lo tanto, el famoso procés, que ya está moribundo, recibiría el tiro de gracia.
¿Y a quiénes van a responsabilizar del fracaso del intento de alcanzar la felicidad por la vía de la secesión? A los miembros de la CUP. Eso quiere decir que todo el tratamiento obsequioso, adulador, que han venido recibiendo de los medios catalanes, generosamente regados con dinero de la Generalitat, volvería sus cañones contra ellos y les someterían al peor de los castigos: el silencio. Si se repiten las elecciones, la CUP lo va a tener muy difícil. Sólo ERC se salvaría de la quema. Una vez más.
VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 06/01/16