Unidad rota

SANTIAGO GONZÁLEZ, EL MUNDO 24/01/14

· El desencuentro entre el PP y la familia de quien fue su presidente en Guipúzcoa hasta el momento en que ETA lo asesinó en el bar La Cepa ha ido a más. Ya el año pasado, en el acto que la Fundación Ordóñez organizó en el hotel María Cristina, la única representación del partido fue el concejal donostiarra Ramón Gómez Ugalde. Estuvo el fiscal superior del País Vasco, pero no asistió el presidente de los populares guipuzcoanos, el mismo cargo orgánico que 18 años antes ocupaba Gregorio Ordóñez.

Este año la cosa ha ido a más. Ningún representante de la dirección nacional del partido acudió a la ofrenda floral que se celebró el miércoles en Madrid. Los dirigentes del PP vasco, que sí estuvieron en el acto del cementerio de Polloe ayer, habían contraprogramado un acto en el Kursaal, en el que se iba a recordar a todos los concejales de UCD, AP y PP asesinados por ETA. Ordóñez fue la primera víctima de un cambio de estrategia terrorista, reorientada contra la militancia popular y socialista. Habría sido pertinente un acuerdo del PSE y el PP vasco para honrar a los concejales de los dos partidos asesinados por la banda.

No se aspiraba a tanto, por lo visto. El secretario general Oyarzabal reivindica la «legitimidad [del partido] para elegir cualquier fecha (…) Le asesinaron por ser del PP». No le parecía adecuado que su hermana Consuelo tomara la palabra, por no ser del partido, dijo, con sentido patrimonial de la víctima. El gran Floriano, que sabe mirar a través de la laguna Estigia, dijo que Gregorio «en estos momentos estaría compartiendo nuestra posición en materia antiterrorista».

Uno no tiene una ouija para saber qué posición tendría alguien que nos quitaron hace 19 años. Si comparamos las palabras que él decía con las que hoy dicen sus compañeros, no se parecen mucho. Consuelo Ordóñez hizo una visita ilustrativa a la hemeroteca. No me acabo de imaginar a Ordóñez regañando a un dirigente alavés por criticar al PNV, como ha hecho Quiroga con De Andrés. Y si es complicada la función del albacea, lo es más aún disputarle legitimidad a la familia a la hora del duelo.

Oyarzabal debería saber que Consuelo Ordóñez, la hermana de Gregorio, tiene la legitimidad de Antígona, frente a la cual queda un poco ridículo el papel de alguien que quisiera organizarle el entierro de Polinices so pretexto de que era del PP. La presidenta Quiroga cerró el acto del Kursaal con acusaciones de «mezquindad e interés político miserable» a sus críticos. Mientras, el ministro del Interior se encomendaba a los buenos oficios de Santa Teresa en Fitur. No sé, falta les va a hacer una mediadora muy cualificada para recomponer sus relaciones con su público votante.

SANTIAGO GONZÁLEZ, EL MUNDO 24/01/14