EL CONFIDENCIAL 25/01/15
Los socios democristianos de Artur Mas están que trinan. Unió Democràtica de Catalunya (UDC), la formación que preside Josep Antoni Duran Lleida, ya ha advertido al president sobre los peligros de ceder demasiado ante Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), por mucho que se necesiten sus votos para garantizar la estabilidad parlamentaria de aquí al 27 de septiembre. De hecho, no es ningún secreto que los principales enemigos de los republicanos son los democristianos y que ambos partidos han tenido sus más y sus menos.
Al lado de Esquerra, sin embargo, se sitúa el sector más duro de Convergència, encabezado por el consejero de Presidencia y portavoz del gobierno, Francesc Homs, más cómodo junto a los republicanos que junto a los tradicionales socios de candidatura. Tras el acuerdo a que llegaron Artur Mas y Oriol Junqueras para aprobar los presupuestos de este año, dar estabilidad al Gobierno hasta las elecciones del 27S y para pactar una hoja de ruta nacional que Convergència y Esquerra han de incorporar a su programa electoral, los recelos de Unió han subido de intensidad.
Los ‘populares’ han estado echando el anzuelo a Unió para que se desmarque de Convergència, pero no han tenido los resultados esperados. De ahí que Alicia Sánchez-Camacho haya pasado ya al cuerpo a cuerpo con el líder democristiano“No pactaremos a cualquier precio. Lo que no hemos de perder es la centralidad”, señala una fuente de la dirección democristiana a El Confidencial. Y es que UDC se ha definido tradicionalmente como no independentista y sí partidaria de un Estado confederal. Y lo que teme es que Mas otorgue demasiadas concesiones a ERC, aunque están a favor de que se refuercen “estructuras de Estado”. Los ‘populares’ han estado echando el anzuelo a Unió para que se desmarque de Convergència, pero no han tenido los resultados esperados. De ahí que la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, haya pasado ya al cuerpo a cuerpo con el líder democristiano y tilde a éste de “caballero de la triste figura” por su marginación de los pactos entre Mas y Junqueras. Pero los democristianos van poco a poco y esperan definir su estrategia como partido “tras las elecciones municipales. De momento, estamos volcados en los comicios locales y lo que tenemos que hacer es vender la magnífica labor que han hecho nuestros alcaldes durante la última legislatura”.
Las desavenencias con Esquerra, sin embargo, no son las únicas preocupaciones de los democristianos. Duran Lleida reniega también de las entidades que conforman lo que Mas se empeña en llamar “sociedad civil”, es decir, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural.
La única asamblea nacional
En su carta semanal a la militancia, Duran avisa que su partido pactarà los contenidos del programa electoral con Convergència Democràtica (CDC) y, si es posible, incorporará algunas cosas de ERC y de ICV. “Pero para pactarlos, Unió no necesita la mediación ni el padrinazgo o testimonio de entidades muy respetables que están teniendo un protagonismo que resta al que habría de tener el Parlament, que, como tantas veces he dicho, es la única asamblea nacional catalana que expresa la voluntad de la ciudadanía y donde radica la soberanía del país”, explica el presidente democristiano.
Mas está dispuesto a ser el único protagonista de la hoja de ruta secesionista y dejará en el camino a quien no comulgue con sus ideas y su estrategiaLo cierto, sin embargo, es que Artur Mas está dispuesto a ser el único protagonista de la hoja de ruta secesionista y dejará en el camino a quien no comulgue con sus ideas y su estrategia. Duran asegura que él quiere concurrir a los comicios bajo las siglas de CiU, “pero en estos momentos no conocemos cuál es el formato de la candidatura que propondrá el presidente a los partidos que formamos la federación, pero queremos ser respetuosos con la anunciada refundación de Convergència. Hay quien puede pensar legítimamente que podemos quedar descolgados si no lo decidimos ahora. No me da miedo”.
Apuntó, incluso, que la cuota de Unió dentro de las listas puede bajar (actualmente tiene el 25% de los cargos), debido a la intención de Artur Mas de incorporar independientes de la “sociedad civil” a esas listas. En 1936 y 1977, asegura Duran, su partido se quedó sin diputados, lo que atribuye al precio por ser coherentes. “Pero Unió continuó y aquí está desde hace más de 83 años”, señala.
En algunos círculos de Unió, no obstante, se aboga por plantar cara a Artur Mas y rechazar una pérdida de cuota de UDC a la hora de confeccionar las listas. “Que sea Convergència la que deduzca de su cuota las plazas que Mas quiere dar a independientes de la ANC, de Òmnium Cultural o de la AMI [Asociación de Municipios por la Independencia]”, apunta una fuente democristiana a El Confidencial. La introducción de personas provenientes de esas tres entidades es la baza del president para atraerse el voto ciudadano y visualizar que la suya es la candidatura más transversal de todas las que se presentan a las elecciones.