ABC 13/07/16
· El Real Instituto Elcano radiografía el perfil y las motivaciones de los islamistas ya arrestados
Más de un tercio de los detenidos en España por actividades relacionadas con Estado Islámico desde mediados de 2013 estaban «inmersos en células, grupos o redes con capacidad operativa y voluntad de atentar en España», de forma expresa en ciudades como Barcelona, Madrid o Ceuta. Es una de las conclusiones del informe del Real Instituto Elcano «Estado Islámico en España», presentado ayer en la capital por sus autores, los investigadores Fernando Reinares y Carola GarcíaCalvo, y que constituye una radiografía objetiva del perfil, el proceso de radicalización, las motivaciones y la implicación de los 150 servidores del islamismo radical arrestados hasta ahora en nuestro país.
De acuerdo con Reinares, en ese 35,4% de capturados proclives a atacar se ha detectado confluencia o no de indicadores tales como que «en casos se les encontraron armas o tenían voluntad de ir a Siria o Irak para luego volver, disponían de documentos para preparar explosivos, estaban ya entrenándose con armas de fuego o tenían cuchillos de gran tamaño de los que utilizan para degollar personas, al modo de como lo han hecho las manadas de lobos en París o Bélgica».
El estudio documenta esa voluntad de atentar en España desde la detención, en junio de 2013, de nueve individuos, españoles y nacidos en Ceuta, a los que les fueron intervenidos armas y manuales para fabricación de explosivos. «¿Cuándo iremos a Siria, amigo, y haremos eso, la yihad?» es la pregunta que uno de ellos le hace a otro, según consta en las escuchas ordenadas por el juez y que se recogen en lo que luego sería la sentencia condenatoria de la célula. «Nosotros tenemos la yihad aquí en Ceuta, entonces no hace falta que vayamos hasta allí» es la respuesta del interlocutor.
Amenazas en 2015 y 2016
La disposición a realizar ataques en España se detecta de forma particular en 2015 durante el seguimiento a cuatro grupúsculos diferentes, luego desmantelados. En octubre fueron enviados a prisión un individuo nacionalizado español, aunque marroquí de nacimiento, y otro italiano, que desde su cautiverio enviaron a la sede del PP en Génova cartas en las que podía leerse «En nombre de Abu Bakr alBaghdadi (autoproclamado califa de Estado Islámico) explotarán bombas en el metro de Madrid y el de Barcelona». En noviembre se precipitó la captura de tres marroquíes que estaban bajo vigilancia ante la constatación de que estaban listos para, según Interior, «cometer un atentado en Madrid».
Ya este año fueron arrestados en febrero en Ceuta tres españoles –uno formado militarmente en Afganistán–
que tenían «decidida voluntad» de perpetrar actos terroristas. La última amenaza neutralizada la supuso en abril la detención en Palma de Mallorca de un sujeto que ya participó en la «preparación de un atentado» en nuestro país y en otoño se lo había propuesto a sus correligionarios.
El trabajo del Instituto Elcano revela que un 65% de los detenidos en España habían viajado ya a Siria o Irak o iban a hacerlo, territorios donde los investigadores confirman que entre «siete u ocho» combatientes de los 29 desplazados desde nuestro país que consta que han muerto allí lo hicieron como suicidas.
Radicalizar en casa
Entre los datos más destacados que se desprenden de la investigación cabe subrayar el que certifica que la intimidad de los «domicilios privados» es un lugar principal para la radicalización en España, una circunstancia «única», que no se da en otros países, según García-Calvo.
Y es que, en contra del falso mito, el 28,9% de los procesos de asunción del salafismo yihadista se realizan fuera del universo virtual –hogares, pero también en lugares de culto, centros culturales islámicos, cárceles…– y solo el 18,4% online. Lo más común es una inmersión mixta (52% del total), que puede empezar en las redes y terminar en espacios físicos.