Gabriel Sanz-Vozpópuli

Si se consolida el ‘concierto cataláń’ el resto de España lo acabaremos pagando, tarde o temprano, con una subida del IRPF o con un deterioro de la sanidad y la educación tras los recortes

Basta leer el demoledor informe -pinchar aquí– redactado por Ángel de la Fuente, director del think-tank FEDEA, uno de los mejores expertos en financiación autonómica, para tomar conciencia del disparate al que nos llevaría poner en práctica el acuerdo PSC-ERC suscrito solo para convertir en presidente de la Generalitat al socialista Salvador Illa; ojo, ni siquiera para garantizar la gobernabilidad durante los próximos cuatro años.

Básicamente, el texto concluye que si la rica Cataluña logra arrancar al Estado el ansiado concierto económico dejaría de aportar cada año al Régimen Común de financiación autonómica entre 6.600 y 13.200 millones de euros. Y si eso ocurre, no le quepa duda estimado lector de Madrid, Aragón, Cantabria, La Rioja, Asturias, Comunidad Valenciana, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía, Extremadura, Murcia, o Ceuta y Melilla, que usted y yo acabaremos pagándolo.

Lo pagaremos bien con una subida extraordinaria del IRPF o viendo cómo merma la calidad de nuestras Sanidad y Educación públicas tras los obligados recortes por falta de presupuesto, pero lo acabaremos pagando. Puede que no ahora, ni en un año, en dos o en tres, pero sí cuando lleguen las vacas flacas, que llegarán, y Hacienda deje de sobrerecaudar IRPF e IVA, o cuando Illa sea sustituido por un independentista al frente de la Generalitat y éste se niegue compartir lealmente la información recaudatoria y fiscal. Entonces el sistema se tornará insostenible.

Conste que aún puede ser peor. Porque, verán, esa horquilla entre ‘6.600 y 13.200 millones de razones para el NO al Concierto Catalán’ que brinda el informe Fedea es resultante de un cálculo optimista y bienintencionado por parte del bueno de Ángel de la Fuente que, a mi modo de ver, la deslealtad probada de los independentistas no merece.

Conste que aún puede ser peor. Porque, verán, esa horquilla entre 6.600 y 13.200 millones de razones para el no al Concierto Catalán que nos brinda el informe Fedea no deja de ser la resultante de un cálculo optimista por parte del bueno de Ángel de la Fuente. Una interpretación bienintencionada que, a mi modo de ver, no merece la deslealtad probada de los independentistas durante las últimas décadas. ¿Alguien duda que, una vez conseguida “la llave de la caja” (sic), el siguiente paso será otro intento de quebrar la unidad?

A estos propagandistas de lo mío es mío y lo tuyo también, defensores de esa quincalla intelectual que son las balanzas fiscales -los individuos y las empresas se instalan donde quieren, hoy en su territorio mañana quien sabe-, los mismos que vienen reclamando un déficit de 22.000 millones/año (¡¡¡), el bueno de Ángel de la Fuente les presupone falta de voracidad: no reclamarían todo de golpe desde el primer ejercicio fiscal (2026), únicamente reclamarían “entre un 30 y un 60%”, es decir, entre 6.600 y 13.200 millones. Ya, Ángel, ya…

Y todavía quedará en La Moncloa y en la dirección federal socialista de la calle Ferraz alguien que se sorprenda de que, hasta barones sanchistas como Adrián Barbón, presidente de Asturias, o Luis Tudanca, secretario general del PSOE en Castilla y León, pasando por Juan Lobato en Madrid o Juan Ignacio Gallardo en Extremadura, se hayan sumado a los tradicionales críticos del sanchismo Emiliano García Page y Javier Lambán para poner el grito en el cielo ante el atropello.

Un ‘barón’ socialista me hace este desolador diagnóstico tras la investidura de Illa: “Los ‘indepes’ ganan de largo. El PSOE no tenía un proyecto de pacificación, ha ido cediendo a sus exigencias y luego ha montado un relato para justificarse. Illa gobernará en clave nacionalista, así que volvemos al origen del desastre: otro Gobierno tripartito como el de Maragall”

Uno de los barones citados -no revelaré su nombre, no quiero ponerle en un aprieto- me hizo este desolador diagnóstico tras ver el Gobierno que ha formado Illa con su ministro de ExterioresJaume Duch, y su canesú: “Los independentistas han ganado de largo. El PSOE no tenía un proyecto de pacificación de Cataluña; ha ido cediendo a las exigencias indepes y luego ha montado un relato para justificarse. Illa gobernará en clave nacionalista, así que volvemos al origen del desastre: otro Gobierno tripartito como el de (Pasqual) Maragall”.

“El socialista hoy es un proyecto desdibujado que va perdiendo posiciones sin parar en toda España y los indepes están más cerca de sus objetivos que en 2017 con la complicidad entusiasta de mi partido y del PSC”. No añadiré ni una coma, pero sí digo que, en este asunto del concierto y los dineros (de todos), cuanto antes pasen de las palabras a los hechos, mejor.

Porque, sí solo se estuviera dilucidando el futuro del PSOE, con su pan se lo coman, que cada uno es muy libre en política de decidir cómo se suicida. No. Hablamos de las cosas del comer de todos, catalanes y no, hablamos de extender un privilegio constitucional que tienen vascos y navarros -harto discutible en términos de igualdad- a un territorio mucho más poblado y rico, por tanto, sistémico para la financiación del conjunto del Estado. De la sanidad, la educación y del sistema de dependencia… de todos.

‘Concierto madrileño’

Hablamos de cambiar, o no, un Estado por la puerta de atrás solo por necesidades del guión de Illa y de Pedro Sánchez para seguir en La Moncloa unos años más. Un suponer: ¿si Madrid, la comunidad que más aporta, pide concierto madrileño -20.000 millones adicionales al año- y Baleares, la tercera, pide su concierto balear, quién se lo va a negar? ¿Con qué criterio? ¿Cuánto tardaría en quebrarse la paz social, como ha alertado alguien tan poco sospechoso como el ex presidente del Senado, el socialista burgalés Juan José Laborda?

Sinceramente, pienso que muchos de los 48 millones de ciudadanos que pueblan este país no están dispuestos a ser paganos de la fiesta de unos pocos. Y, si llega el caso de que nuestras autoridades deciden seguir jugando con fuego, fiesta para todos… Buenas vacaciones.