EL PAÍS 06/09/14
· La formación liderada por Rosa Díez discute hoy una hipotética alianza con el partido catalán
· Ambos tienen orígenes y programas similares, aunque no idénticos
El movimiento tectónico que produjeron las elecciones europeas de mayo en la política española —desplome del bipartidismo, crecimiento de las formaciones bisagra, irrupción de un partido aún en construcción, Podemos— alcanzó este mes de agosto a UPyD. Una carta abierta de su portavoz en Europa, Francisco Sosa Wagner, pidiendo por primera vez que se intente la alianza con Ciudadanos —y arremetiendo de paso contra las “prácticas autoritarias” en UPyD— desató la bronca en la organización y resucitó el asunto que siempre ha sido tabú en el partido de Rosa Díez: la comparación con el partido de Albert Rivera. Dos formaciones que nacieron casi al mismo tiempo y con la misma doble bandera (la regeneración democrática y el combate al discurso nacionalista), pero que no son idénticas. El Consejo Político extraordinario que UPyD celebra hoy servirá para medir los apoyos con los que cuenta la propuesta de Sosa Wagner.
Ciudadanos nació en 2006 en Cataluña y dice ser el resultado de una mezcla: “liberalismo progresista” más “socialismo democrático”. Tiene 4.592 afiliados (el 64% fuera de Cataluña) y cerca de 30.000 simpatizantes. Además, 60.502 personas se han adherido en los últimos meses a la asociación Movimiento Ciudadano, que el partido impulsó como una forma de calibrar su implantación en el conjunto de España.
Es un partido pequeño, con 176 cargos públicos (el 88%, concejales obtenidos en coaliciones con partidos locales que luego se integraron en Ciudadanos). Su apoyo electoral es difícil de medir, porque se ha disparado en Cataluña (de 90.000 votos en 2006 a 275.000 en 2012) pero se estrelló en las generales de 2008 (46.000 votos) y no volvió a intentarlo en 2011. Su mayor éxito ha llegado, eso sí, en las europeas de este año: medio millón de votos.
Un partido pequeño pero con considerable presencia en Cataluña, una de las comunidades en las que precisamente UPyD obtiene peores resultados. El partido de Rosa Díez, autodefinido “progresista y laico”, cuenta hoy 6.403 afiliados (y cerca de 4.000 simpatizantes). Tiene menos cargos públicos que Ciudadanos (151), pero muchos más votos: un millón en las europeas, 1,1 millones en las últimas generales. Y, sobre todo, tiene una mayor implantación en toda España. Sus dirigentes presumen de no haber pactado nunca con partidos locales o regionales y de presentarse, por tanto, “con las mismas siglas” en todo el país.
Eso es lo que está en debate ahora: si UPyD renuncia a esa premisa y acepta explorar un pacto con Ciudadanos (que siempre lo ha querido) o sigue rechazando esa alianza, como lleva haciendo desde que nació en 2007. A favor de lo primero podría jugar el hecho de que en las elecciones europeas UPyD no solo no ha logrado arrebatar a IU el puesto de tercera fuerza nacional, sino que se ha visto sobrepasada por Podemos como cuarta fuerza. Pero la dirección sigue siendo contraria al pacto. “Claro que coincidimos con Ciudadanos en algunos temas, como el rechazo al nacionalismo, pero en otros muchos diferimos. No somos lo mismo, y no queremos ser lo mismo”, afirma un miembro del núcleo directivo. De momento, el documento que Rosa Díez defenderá hoy ante el Consejo Político plantea una veintena de condiciones —programáticas y de funcionamiento interno— para posibles alianzas futuras con otros partidos, pero no cita expresamente a Ciudadanos.
El PAÍS ha preguntado a los dos partidos por su posición en una serie de cuestiones de política general y el resultado es de una coincidencia alta, aunque no total. Ambos son partidarios de una reforma constitucional; abogan por reducir la estructura administrativa del Estado; no se definen como monárquicos ni republicanos; rechazan la nacionalización de los bancos rescatados; defienden la revisión o derogación del concordato con la Santa Sede; proponen un sistema de plazos en la ley del aborto (rechazan el proyecto del PP); piden regular la prostitución; rechazan la paridad obligatoria y las listas cremallera electorales; son partidarios de eliminar todos los aforamientos… También hay diferencias. Entre otras, que UPyD pide devolver al Estado las competencias en educación, sanidad y justicia, algo que por el momento no asume Ciudadanos; que UPyD aboga por subir impuestos a las rentas del capital y Ciudadanos rechaza subidas fiscales; o que UPyD defiende la prisión permanente revisable, un asunto sobre el que Ciudadanos no tiene posición.