EL PAÍS, 28/11/11
La crisis económica es tan «feroz» que obliga a modificar las prioridades. Es tiempo para «resistir al lado de las empresas» y de «hacer la adaptación del nacionalismo político al económico» para que Euskadi se incorpore «a la globalización sin complejos». El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, abogó ayer por acuñar valores como «el ingenio, el emprendizaje, el conocimiento, la calidad y la innovación» como «una marca propia que nos sitúe entre las economías más avanzadas del mundo».
Urkullu opinó que ha llegado el momento de hacer un esfuerzo para que se reconozca el «made in Euskadi» en el ámbito internacional como «un sello distintivo que sea referente inequívoco de progreso». El líder nacionalista hizo estas manifestaciones en un acto político celebrado en Sukarrieta con motivo del aniversario del fallecimiento del fundador del PNV, Sabino Arana, cuyos restos están enterrados en la citada localidad.
El «desafío inmediato» obliga al «rigor económico y presupuestario», dijo Urkullu, quien se mostró partidario de «rehusar» las políticas de ajuste «que nos lleven a años de recesión» y, en su lugar, «abordar la incentivación económica» con la política fiscal como «instrumento». También afirmó que Euskadi tiene que «ser capaz» de que Alemania, Francia, Estados Unidos y las economías emergentes en China o Brasil se fijen en el modelo de calidad y conocimiento de la sociedad vasca.
También se ha referido a la «segunda transición» política, que, en su opinión, ha comenzado ahora que «la paz ya no es un objetivo soñado, sino una realidad de trabajo diario. «Estamos en un nuevo tiempo en el que ya no hay excusas para nadie ni para nada; la violencia ya no es un obstáculo y la libre participación de las sensibilidades políticas tampoco. Nunca en los últimos 34 años se han dado estas dos premisas a la vez», manifestó durante el acto al que asistieron, entre otros, dirigentes de su partido, como Joseba Egibar y Andoni Ortuzar, y el exlehendakari José Antonio Ardanza. En este nuevo tiempo, defendió Urkullu, «todo es posible y todas las ideas son no solo defendibles, sino que deben poder materializarse si cuentan con el respaldo necesario».
El presidente peneuvista incidió en que la segunda transición que se abre en Euskadi tiene que permitir que «la democracia abra las puertas de par en par» a un nuevo proyecto del PNV, en alusión al «nuevo estatus» político que defiende esta formación frente al proyecto soberanista que abanderan Bildu y Aralar. Urkullu explicó que ese nuevo estatus debe traducirse en «el reconocimiento de la realidad nacional del pueblo vasco para crecer como nación en Europa».
Urkullu aseguró que el PNV es un partido con «vitalidad», al que no pudo detener «ni Franco ni tampoco ETA», y que después de los años sigue siendo el primer partido de Euskadi en número de votos, lo que le mantiene «en el puente de mando y en la sala de máquinas de la sociedad vasca». «A quienes anunciaban ya nuestro declive, les decimos que estamos aquí y que hay PNV para largo. No vivimos de la ensoñación de los momentos, sino que tenemos mentalidad de corredores de fondo, dosificando las fuerzas y reconociendo con antelación la próxima valla», agregó.
Para Urkullu, no todos los partidos políticos pueden decir lo mismo, porque «quienes falsean su itinerario y hacen épica de su fracaso, ofrecen pocas garantías para el futuro».
EL PAÍS, 28/11/11