EL CORREO 30/01/13
· El lehendakari presenta al equipo que le acompañará en la consolidación de la convivencia, liderado por Jonan Fernández.
El lehendakari deberá gestionar el final de ETA y sentar las bases de una política con memoria, una «compleja» tarea que figura como «un eje básico» de su Gobierno, pero también de su agenda personal. Consciente del «camino histórico» que se ha abierto en el País Vasco tras el cese decretado por la banda terrorista, Iñigo Urkullu asumirá el impulso de «una nueva cultura de convivencia», pero no lo hará solo. El jefe del Ejecutivo presentó ayer de manera oficial al «equipo de trabajo» que le acompañará en su apuesta por «consolidar la paz en Euskadi de manera definitiva», y que tendrá como principal cabeza visible al hasta ahora director de la Fundación Baketik, Jonan Fernández.
Con una escenificación solemne e inédita –el lehendakari tan solo había convocado un acto público de estas características con carácter previo y fue para dar a conocer a su equipo de consejeros–, Urkullu compareció ayer en la sede de Presidencia en Vitoria junto a las tres personas que liderarán la nueva área de Paz y Convivencia, adscrita directamente a Lehendakaritza. Al frente de este departamento, que a efectos de estructura funcionará como una «secretaría general», estará Jonan Fernández.
Nacido en 1962, fue concejal de Herri Batasuna en Tolosa, su ciudad natal, en la legislatura de 1987 a 1991. Con posterioridad se convirtió en portavoz de la coordinadora ecologista Lurraldea y de Elkarri. Desde 2006 es director de Baketik, organización donde se ha distinguido como mediador e impulsor de diferentes encuentros en favor de los derechos humanos.
El grupo lo completan la miembro de Unesco Etxea Mónica Hernando, que ostentará la Dirección de Derechos Humanos y Víctimas, así como Txema Urkijo. Exasesor de Maixabel Lasa en la oficina de atención a los damnificados por el terrorismo del Gobierno vasco, en sus manos recaerá la coordinación y atención a «todas las víctimas». Es decir, tanto del terrorismo como de abusos policiales, hasta ahora enmarcadas en diferentes consejerías –Interior y Justicia–. Hernando y Urkijo compartieron mesa la pasada legislatura en la comisión encargada de valorar y reconocer los casos de aquellas personas que podían ser reconocidas como víctimas de los excesos de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Los nombramientos recibieron ayer la aprobación del Consejo de Gobierno y no tardaron en generar las primeras suspicacias. En especial, el de Jonan Fernández, cuyo pasado como edil de HB no ha sido visto con buenos ojos en el PP o en ciertos colectivos de víctimas. Urkullu prefirió hacer oídos sordos a las críticas y defendió la «idoneidad» de su equipo, no solo por su «pasado reconocible», sino también para «hacer un trabajo incluyente». «Yo miro al futuro con esperanza e ilusión, y que yo sepa ninguno de ellos tiene el carné de afiliado del PNV», añadió el lehendakari.
Plan interdepartamental
Con la puesta en marcha de este nuevo departamento, Urkullu «simplifica» la estructura anterior en todo lo referente a pacificación, derechos humanos y víctimas. Elimina, además, la figura de comisionado del lehendakari para la Paz y la Convivencia que creó Patxi López, cargo que ocupaba Jesús Loza.
La «secretaría general» trabajará, según desgranó el jefe del Ejecutivo, con tres objetivos en mente. El primero, mirar hacia atrás. Urkullu abogó por hacer una «revisión crítica» del pasado, «algo que nos corresponde a todos, a unos quizás más que a otros», expresó en una alusión velada a la izquierda abertzale.
El lehendakari se comprometió a no «olvidar» lo ocurrido, al tiempo que reiteró su apuesta por crear un instituto de la memoria. El proyecto cuenta con el aval del PNV y PSE, dos de sus impulsores durante la pasada legislatura junto a Ezker Anitza y los tres exparlamentarios de Aralar. El reto será involucrar en el mismo a EH Bildu, el PP y UPyD.
El segundo de los objetivos del área de Paz y Convivencia será mirar al presente, a la «oportunidad histórica que tenemos para consolidar entre todos la paz». Urkullu reiteró la necesidad de «trenzar el máximo acuerdo posible» sobre esta materia, sabiendo «de la complejidad de lo que tenemos entre manos y de lo que ha costado llegar hasta aquí». «Hay que trabajar con finura y buscar el consenso institucional, político y social», subrayó.
En esa hoja de ruta, y como tercer objetivo, el lehendakari destacó la importancia de mirar al futuro, «aprendiendo de lo ocurrido para que nunca vuelva a suceder». La nueva secretaría general elaborará un «plan interdepartamental» –en lo que podría entenderse como una reformulación del plan de paz vigente en los centros escolares– que, adaptado a los estándares internacionales, «fije la vida como valor supremo» y abra la puerta a «una nueva cultura de la convivencia».
EL CORREO 30/01/13