Del Blog de Santiago González
Viernes, 20 marzo 2020
La comparecencia que ayer hizo el lehendakari junto a sus consejeras de Seguridad y de Salud tuvo su nota dramática en la comunicación del fallecimiento de la primera víctima del coronavirus en la sanidad vasca, una enfermera de 52 años, que trabajaba en el hospital de Galdakao y que llevaba seis días hospitalizada en Basurto.
Iñigo Urkullu, que el sábado concurrirá a la conferencia de presidentes que va a presidir Pedro Sánchez, ha anulado la convocatoria de elecciones adelantadas para el 5 de abril.
La comparecencia del Rey para emitir su mensaje a propósito de la pandemia y de la crisis que trae consigo había sido tratada por ETB con el estilo de la casa, como si fuera el mensaje anual de Nochebuena: ignorancia total. Una de las características de lo nuestro es la falta de distinción entre los símbolos y los hechos, lo alegórico y la realidad. El mensaje fue seguido por 472.000 vascos, algo más del 53% de cuota de pantalla. Más de la mitad de los televidentes y un 10% más de los que siguieron el discurso la Nochebuena pasada, una cantidad notablemente inferior al 70% que tuvo de seguimiento en el conjunto de España.
Sí se siguió la cacerolada con que los socios de Sánchez respondieron al mensaje de Rey, sin que el presidente del Gobierno le desautorizase. No puede decirse que el trasteo de cacharros fuese mayoritario en modo alguno, pero es muy llamativo que un discurso en circunstancias tan dramáticas como las que ha traído la pandemia para la salud y la economía haya encontrado la vía de desaguar contra el jefe del Estado algo que el propio Rey afrontó mediante la ruptura con su padre, la renuncia a la herencia que pudiese corresponderle y la privación al Rey Emérito de la asignación que tenía fijada en los presupuestos de la Casa Real.
Fue muy notable que un periodista quiso saber la opinión del lehendakari sobre la cacerolada que se había organizado “para protestar por el discurso del Rey” y Urkullu se dejó querer sin dar por bueno del todo que esa fuera la finalidad de la protesta: si fue esa la finalidad se inscribe dentro de la libertad de expresión. También hubo pregunta sobre la posibilidad de que la Unión Militar de Emergencias interviniera en las tareas de limpieza y desinfección. Dijo que no, que la Ertzaintza funciona a plena satisfacción y que no tiene prevista la intervención del Ejército, “la militarización de Euskadi” se le había preguntado. Pero es que hablar del Ejército y entenderlo como ocupación militar del territorio es todo uno: los tanques por la Gran Vía de Bilbao, no sé si me entienden.
Por otra parte, la A-68 registraba ayer considerables retenciones de tráfico. Los bilbaínos marchaban en disciplinadas caravanas hacia sus segundas residencias en las playas de Cantabria. No sé a quien se le ocurrió calificar de ejemplar un comportamiento de la peña que en cualquier caso es mejorable.