EL CORREO – 14/02/15
· Alaba al banco porque «el control interno ha funcionado» y «acudió al supervisor en cuanto detectó» la presunta ilegalidad.
El lehendakari quiso ayer dar la cara y mandar un mensaje de apoyo a Kutxabank, aunque fuese dos semanas después de que estallase el escándalo. Por eso fue él en persona quien respondió en el Pleno del Parlamento vasco a las preguntas e interpelaciones que Bildu, PP y UPyD dirigieron al Ejecutivo sobre el escándalo que ha impactado de lleno en la entidad financiera. En sus intervenciones, insistió en lanzar tres mensajes fundamentales: él no tuvo «ninguna participación» en el contrato de Mikel Cabieces; PP y PSE fueron los únicos partidos involucrados en el asunto; y reclamó responsabilidad para que el debate político no enfangue aún más la imagen del banco. También se esforzó por repartir elogios entre Mario Fernández y Gregorio Villalabeitia, antiguo y actual presidentes, ambos a propuesta del PNV, ahora enfrentados por un proceso judicial de futuro incierto.
Urkullu, con su intervención en persona, también pretendía dar más verosimilitud ante el regulador a la tesis de que no hay interferencias políticas –al menos desde el Ejecutivo– en Kutxabank. El lehendakari se arrancó respondiendo a Oskar Matute (EH Bildu) que «no tuve ninguna participación en la decisión adoptada en febrero de 2012». Se refería a la presunta contratación irregular por parte de Mario Fernández del exdelegado del Gobierno socialista, Mikel Cabieces. El caso fue denunciado hace dos semanas por la actual dirección de Kutxabank y, tras apreciar la fiscal indicios de delito, la investigación la llevará el juzgado de instrucción número 4 de Bilbao. Además de los dos implicados mencionados, está imputado el abogado Rafael Alcorta, a través de cuyo despacho se vehiculaban los pagos a Cabieces. Están acusados de delitos de administración desleal, apropiación indebida y falsificación de documento mercantil.
Mario Fernández declaró que aquel manejo fue instigado por un dirigente del PP, y lo enmarcó en una ley no escrita que vinculaba a los principales partidos de este país para dar salida laboral a personas que habían ocupado cargos en la lucha antiterrorista. Sin embargo, Urkullu limitó la responsabilidad a PP y PSE, y criticó que «responsables políticos con capacidad para buscar una solución en el ámbito público e institucional tuvieran que recurrir a una entidad privada» para darle salida a Cabieces. «Me parece un error», dijo. Aunque, en un ejercicio de funambulismo, también recordó el «contexto» en el que aquello sucedió: «Ha habido casos en los que un exdelegado del Gobierno español en la comunidad autónoma del País Vasco ha sido asesinado» (por el socialista Juan María Jaúregui).
Reparto de elogios
Por otra parte, también quiso reconocer la diligencia de la entidad a la hora de afrontar esta crisis. En concreto, destacó que «el control interno de Kutxabank ha funcionado» y ha sido el propio banco quien «ha remitido el caso a las autoridades supervisoras en el mismo momento en el que detectó las presuntas irregularidades». «La auditoría interna y la iniciativa de la propia entidad ha sido el mejor aval de la buena gestión, seriedad y profesionalidad de Kutxabank», añadió. Esta declaración pública matiza lo que había manifestado el pasado miércoles durante un encuentro con el Círculo de Empresarios. En aquella ocasión mostró su malestar con la gestión de esta crisis, que está causando un enorme daño a la imagen de un banco hasta ahora impecable.
EL CORREO – 14/02/15