EL CORREO 02/08/14
· El lehendakari insiste en que la reinserción debe ser clave en la política penitenciaria y alaba el gesto del exetarra que acudió al homenaje a Juan Mari Jáuregui
La situación de los presos de ETA volvió a jugar ayer un papel protagonista en la celebración de la festividad de San Ignacio en la basílica de Loyola. Como es tradición, dos representantes de la asociación de familiares de presos Etxerat aprovecharon la comitiva de autoridades desde Azpeitia hasta Loyola para acercarse al lehendakari y entregarle un informe del primer semestre del año en el que se denuncia la dispersión de los reclusos. Lo novedoso fue que, en esta ocasión, Iñigo Urkullu se paró a debatir con los miembros de Etxerat durante cerca de cuatro minutos, tiempo en el que se comprometió a entregar el documento «en mano» al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la vez que pidió a los familiares que animen a los presos a dar «más pasos» para favorecer su reinserción.
El lehendakari trasladó a los representantes de Etxerat que la situación de los presos es una preocupación para el Gobierno vasco y recordó que lleva años reclamando una política penitenciaria «diferente» al Ejecutivo central, que es el que tiene competencias en esta materia. Al mismo tiempo, comentó a los representantes de los familiares que sería conveniente que los presos siguieran dando pasos para mejorar su situación. «Ya los han dado», replicaron Iñaki Usandizaga y Regina Larrañaga, los encargados de entregarle en informe de Etxerat. «Pero pueden dar más. Poco a poco, pero deben dar más», insistió el lehendakari.
Esta conversación, como toda la jornada festiva entre Azpeitia y Loyola, transcurrió con total normalidad, lejos de los incidentes que el propio Urkullu vivió el año pasado en ‘sanignacios’, cuando varios jóvenes le insultaron durante la comitiva y el lehendakari se encaró con ellos exigiendo «respeto institucional».
Ayer, los representantes de Etxerat incluso invitaron a Urkullu a sumarse a una de las furgonetas que se organizan los viernes para trasladar a familiares y amigos de los presos hasta las cárceles más alejadas de Euskadi. Le dijeron que, de esta forma, podría «conocer de primera mano la salvajada que supone la dispersión». El lehendakari escuchó la propuesta atentamente, pero no ofreció ninguna respuesta.
A lo que sí se comprometió Urkullu fue a abordar una flexibilización de la política penitenciaria en su próxima reunión con Rajoy, que, como reconoció ante los medios, aún no sabe cuándo se producirá. El lehendakari se mostró convencido de que la «vía de la reinserción» debe de ser la «clave» de la política penitenciaria con los presos de ETA, «un camino que debe converger con el desarme total y el reconocimiento del daño causado», tanto por parte de ETA como de la izquierda abertzale, «que ha justificado la práctica de la violencia durante años».
Urkullu destacó el «gesto absolutamente ejemplar» del preso Ibon Etxezarreta por acudir el martes al homenaje a su víctima, el exgobernador civil de Gipuzkoa Juan Mari Jáuregui, y por reconocer «el daño injusto causado».
El lehendakari animó a que se sigan dando pasos desde todas las partes «para avanzar en la paz» y reclamó al Gobierno de Rajoy que potencia la vía Nanclares, a la que pertenece Etxezarreta, porque se ha demostrado que es una fórmula que facilita la reinserción.
En sus declaraciones a los medios en Azpeitia, Urkullu también se refirió a la condena a veinte exdirigentes de Batasuna por el caso de las herriko tabernas y lamentó que «todavía se arrastra una legislación excepcional, con unas instituciones también de carácter excepcional. Creo que las sentencias tienen que ajustarse a lo que es la realidad. Mirando en honor a hacer justicia, pero mirando también a la realidad actual».
Apoyo a Artur Mas
El lehendakari fue preguntado por la reunión que ha mantenido esta semana el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, con el propio presidente del Gobierno. Urkullu señaló que no ha hablado con Mas tras este encuentro, pero dijo que sí lo hizo antes para trasladarle su apoyo y disposición a participar en las propuestas sobre un modelo de Estado. Sobre el escándalo desatado en Cataluña por el caso Jordi Pujol, Urkullu afirmó que le «preocupa» por la «imagen política», pero subrayó que espera que no se mezcle con el proceso soberanista de Cataluña, «porque no tiene nada que ver una cosa con la otra».
Urkullu participó ayer en los actos tradicionales de la festividad de San Ignacio en Azpeitia junto a la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejeria, el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, y el alcalde de Azpeitia, Eneko Etxeberria, entre otros representantes institucionales. Los actos se iniciaron con una recepción al lehendakari en los arcos del ayuntamiento y después se realizó una comitiva de autoridades previa a la misa celebrada en la basílica de Loyola por el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla.