EL MUNDO 09/02/14
· Ambos gobiernos difieren en las exigencias a ETA en la réplica a su comunicado.
No es un matiz menor. Se percibe en el nivel de exigencia, de prioridad y de gestión del final de la mayor lacra sufrida en democracia. El enésimo comunicado de ETA desde que anunció el cese de sus acciones violentas lo ha vuelto a poner sobre la mesa. Mientras para el Gobierno vasco el desarme de la banda podría ser un paso suficiente para activar y explorar nuevos gestos que aceleren su disolución, el Ejecutivo de Mariano Rajoy volvió a dejar claro ayer que no hay nada de qué hablar hasta que ETA anuncie que desaparece. En la horquilla entre el desarme y la disolución se movió ayer la reacción de ambos gobiernos ante el décimo comunicado de ETA desde octubre de 2011, en el que se limitó a anunciar que en unos días haría públicas «aportaciones significativas», además de reclamar al lehendakari una «vía vasca» para consolidar el fin de la violencia.
El comunicado de la banda llega después de la polémica suscitada por el encuentro entre el lehendakari Urkullu y el presidente Rajoy y la petición del Gobierno vasco de aplicar nuevos gestos en materia penitenciaria que permitan desbloquear el proceso de fin de ETA iniciado. En un escueto comunicado, el Gobierno vasco aseguró que la sociedad vasca continúa esperando «un compromiso inmediato de desarme». En él, el lehendakari calificó de «retórico» el contenido del documento de la banda terrorista, a la que recordó que tanto él como su Ejecutivo sólo esperan «hechos», no palabras.
Desde el Ministerio del Interior, sin embargo, se elevó algo más el listón de exigencia a ETA al reiterar que el único comunicado que espera es el de su disolución y que hasta que éste no llegue las Fuerzas de Seguridad continuarán actuando.
Por su parte, el PNV apuntó que el comunicado de ETA refleja que la banda se ha encontrado en un escenario «no deseado» en el que ya no puede sentar como interlocutor a ningún gobierno, como sí lograba cuando cometía atentados. El portavoz jeltzale en la Cámara de Vitoria, Joseba Egibar, señaló que esta realidad justificaría el anuncio de ETA de optar por otra vías para verificar su desarme, «que se materializará en las próximas semanas». El portavoz del PNV se refirió de este modo al anuncio hecho por ETA y en el que anuncia su intención de recurrir a la comisión impulsada por el Foro Social promovido por Lokarri y Bakea Bide para trasladar sus aportaciones significativas.
El comunicado también fue valorado por el secretario general del PSE, Patxi López, quien recordó a ETA que «no puede participar en nada, sólo tiene que desaparecer, ése es el único comunicado». López defendió que la banda no debe intervenir en ningún proceso encaminado a consolidar la paz. También se dirigió a la izquierda abertzale, a la que urgió a «hacerse cargo de los presos y decirles que no habrá amnistía ni medidas de gracia, que sólo queda el recorrido de la reinserción individualizada». En este punto, el ex lehendakari defendió la necesidad de impulsar un cambio en política penitenciaria para facilitar procesos de reinserción en ETA, pero «con la ley en la mano».
Desde los populares vascos, su presidente en Guipúzcoa, Borja Sémper, consideró que el comunicado de ETA refleja el «esperpento diario de una banda que está en proceso de putrefacción» y que pretende que «entre todos se resuelva su final» y solventar así sus dificultades para disolverse.
Desde EH Bildu, su parlamentario Juanjo Agirrezabala afirmó que el comunicado deja la pelota «en el tejado del PP y el Gobierno», a los que acusó de mantener una actitud de «cerrazón e inmovilismo». Añadió que mientras ETA ha demostrado que «se está moviendo» el Gobierno central aún no lo ha hecho.
EL MUNDO 09/02/14