Juan Mari Gastaca, EL PAÍS, 9/6/2011
Los socialistas han creído conveniente recuperar la advertencia de que el mundo abertzale, de nuevo mayoritario en las urnas, empieza a crear el clima Lizarra de tan infausto recuerdo para la división del país en dos bloques.
Con la decisión de asegurarse al menos sus propios votos, el PNV ha metido el miedo en el cuerpo de los demás, recuperando, de paso, un sitio preferencial en el escenario de los pactos que había perdido, sin duda, por el efecto contagioso de Bildu. De momento, ya ha sido capaz de intranquilizar a PSE y Bildu, situados ahora mismo a cada extremo de la mesa. Lo ha hecho sibilinamente, alargando la sospecha de que aún hay tiempo suficiente para un enrevesado entendimiento con Zapatero y Rubalcaba, porque ahora mismo en Moncloa y Sabin Etxea horroriza la fundada posibilidad de que la izquierda radical gobierne Guipúzcoa.
Juan Mari Gastaca, EL PAÍS, 9/6/2011