EL CORREO 05/02/13
· Inicia hoy con UPyD su ronda con las fuerzas vascas, a las que trasladará su disposición a «racionalizar» la arquitectura institucional sin cambiar de modelo.
El lehendakari Iñigo Urkullu abrirá esta tarde con el parlamentario de UPyD Gorka Maneiro su ronda de conversaciones con los partidos que obtuvieron representación parlamentaria el 21-O, una vez concluidos los encuentros institucionales con los tres diputados generales, Mariano Rajoy y Eudel. El jefe del Ejecutivo dará especial prioridad en esos encuentros a uno de sus «objetivos estratégicos» de la legislatura: la consolidación de la paz definitiva y de la convivencia «normalizada» en Euskadi, cuyos cimientos, a su juicio, deben ponerse en el Parlamento vasco.
Para ello, el lehendakari, como trasladó también en La Moncloa al presidente del Gobierno, cree imprescindible que todos los grupos de la Cámara participen en la ponencia de paz que se pretende poner en marcha y así se lo pedirá sin excepción a todos sus interlocutores, a los que recibirá entre esta semana –el viernes acudirá a Ajuria Enea el líder del PP, Antonio Basagoiti– y la que viene, cuando se reúna con el PSE, una vez celebrado su congreso, y EH Bildu. Maneiro –que avanzó ayer que pedirá al lehendakari que evite hacer recortes y «olvide» cualquier aspiración soberanista– comparecerá hoy en la Lehendakaritza tras la cita, aunque está por ver si el resto seguirá su ejemplo y si el lehendakari realiza una valoración conjunta cuando concluya la ronda.
La formación proponente de la iniciativa para la constitución de la ponencia de paz, el PSE, se ha visto obligada a posponer ya en dos ocasiones su debate y votación ante la falta de consenso que bloquea la puesta en marcha del foro. Socialistas y PNV están de acuerdo en que la ponencia eche a andar con el mismo «suelo ético» que se acordó la pasada legislatura en un Parlamento entonces sin la izquierda abertzale tradicional. Aquel acuerdo fracturó Aralar, pero se logró, de forma trabajosa, la inclusión del PP vasco, que ahora, ya con Bildu en la Cámara, exige que el grupo de Laura Mintegi condene la historia terrorista de ETA para poder votar a favor de la ponencia.
Para los populares, es crucial que la «exigencia democrática» recaiga en Bildu, que, por su parte, reniega del trabajo realizado antes de su llegada al Parlamento. En el entorno de Iñigo Urkullu y en los propios grupos que negocian la puesta en marcha del foro se cree que, aunque PP y Bildu puedan votar en contra de la creación de la ponencia, al final tomarán parte activa en los trabajos que se desarrollen, a puerta cerrada, en su seno.
«Muro de olvido»
Así lo vaticinó ayer el presidente del PNV y hasta la semana pasada parlamentario, Andoni Ortuzar, que, en la misma línea que defenderá Urkullu, lamentó que los debates en la Cámara se sitúen en coordenadas similares a las de «hace veinte años» y que los «extremos» del arco político, «en vez de acercarse y distensionar», opten por «encastillarse» en sus posiciones. A los populares les afeó que sean «incapaces de aceptar» que se han producido «cambios evidentes» que «ellos mismos viven», al poder, por ejemplo, desenvolverse sin escolta. A los dirigentes de Bildu les reprochó que quieran «construir un «muro de olvido» como «si todo empezara hoy». «El pasado no nos puede atrapar, pero hay que ser autocríticos», resumió.
No será ése el único punto de la agenda de Urkullu. El lehendakari abordará también la controvertida reforma de la arquitectura institucional vasca, acotada en la Ley de Territorios Históricos (LTH), hasta ahora tabú para el PNV. El jefe del Ejecutivo mostrará su disposición a abordar una «racionalización» del modelo que elimine posibles duplicidades competenciales entre Gobierno, diputaciones y ayuntamientos, y las ineficiencias que puedan detectarse, pero sin cambiar de caballo. Es decir, sin tocar el núcleo de la foralidad. Los socialistas defienden que sea el Parlamento quien legisle sobre fiscalidad, pero en la Lehendakaritza insisten en que eso exigiría cambiar no solo la LTH sino el propio Estatuto y la Constitución.
La economía será, de hecho, asunto central de los encuentros. Urkullu desgranará las directrices de los Presupuestos –tendrá ocasión de recabar apoyos al proyecto, aún en el alero– y, pese a insistir en que la responsabilidad recae en los partidos, abordará la «urgente» reforma fiscal, sobre la base del documento que Ortuzar ha hecho llegar ya a todas las formaciones y para cuya negociación ha nombrado ya una comisión.
EL CORREO 05/02/13