El mundo 16/11/12
Basagoiti se niega a verle y dice que «dificulta un final del terror con memoria y justicia»
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, tuvo ayer ya un primer ramalazo de lehendakari y marcó los límites y las condiciones, tomó la iniciativa, respecto del proceso para el fin de ETA. El dirigente nacionalista se reunió con Jonathan Powell, el que fuera jefe de Gabinete del primer ministro británico Tony Blair, pero eso no fue óbice para que, previamente, cuestionase el planteamiento e incluso la celebración de una segunda Conferencia Internacional de Ayete, que es, en parte, el objetivo que le ha animado a desplazarse de nuevo al País Vasco.
Urkullu manifestó ayer que la Declaración que salió hace un año de aquella conferencia pone «énfasis en cuestiones que no son las prioritarias» y pidió que se haga «una revisión crítica del pasado» y un «reconocimiento del daño causado».
Fue éste un modo de poner la pelota en el tejado de ETA y de dar un toque de atención a la izquierda abertzale, probablemente, la más interesada en que la cita se lleve a cabo en las condiciones dictadas por los mediadores internacionales, porque, en los textos de Ayete, se apela al Estado a negociar sobre presos y a que se discutan «cuestiones políticas con consulta a la ciudadanía».
Urkullu defendió, en una entrevista a la emisora Onda Vasca, que los aspectos vinculados a un «proceso de paz», como el de la política penitenciaria -en el que él sigue intentando conseguir de forma «discreta» que el Gobierno «flexibilice» su postura-, no deben «contaminar las reivindicaciones políticas». Y, en cualquier caso, advirtió de que, en el País Vasco, si hace un año tuvo sentido la mediación internacional, ahora la pelota está en el Parlamento vasco.
Powell ha solicitado reunirse con todos los partidos políticos, así como con los representantes de las organizaciones sindicales y sociales, con el fin de invitarles a una reunión que se celebraría el próximo día 20 de noviembre en San Sebastián, pero no todos ellos han sido receptivos.
El presidente del PP, Antonio Basagoiti, rehusó y ha solicitado al resto de los partidos que se niegue a asistir, porque se trata de «un nuevo intento de camuflar la trayectoria del terrorismo y del dolor que arrastra ETA en Euskadi» y «dificulta un final del terrorismo con memoria y justicia». Advirtió que Batasuna estaba intentando «blanquear» su pasado y aseguró que «la fortaleza de la izquierda abertzale, en buena medida, proviene de quienes participan en iniciativas como ésta».
Basagoiti recibió el 14 de noviembre una carta firmada por el coordinador de Lokarri, Paul Rios, pidiendo su asistencia. «El motivo de la reunión es informar del trabajo que las personalidades internacionales han hecho durante el último año. Nuestra intención es que la reunión sea discreta, sin medios de comunicación. Queremos evitar que sea percibida como un elemento de confrontación. Es más, deseamos que sea constructiva, colaborativa (sic) y productiva para todos los presentes».
Lokarri, se muestra consciente de «las dificultades» que podría tener el PP para participar y, por eso, manifiesta: «Nuestra total disposición para compartir con usted toda la información que se aporte, tanto a través nuestro como por medio de alguna de las personalidades internacionales». «Todos somos necesarios e imprescindibles para construir la convivencia en la sociedad vasca», dice.
Además de la reunión convocada el 20, que pudiera ser preparatoria para un Ayete II, el 15 de diciembre se celebrará en el País Vasco francés, en Bayona, un foro al que asistirán fundaciones de Alemania, Inglaterra y Francia, los mediadores Brian Currin y Pierre Hazan y los representantes de varios partidos vascos.