EL CORREO 29/01/13
· Mónica Hernando, miembro de Unesco Etxea, ostentará la dirección de Derechos Humanos del Gobierno vasco.
El lehendakari ha cerrado ya la estructura la nueva área de Paz y Convivencia. Iñigo Urkullu dará a conocer hoy los nombres de las personas que estarán al frente de este departamento, que tendrá como principal responsable al director de la fundación Baketik, Jonan Fernández. La gestión del nuevo tiempo sin ETA dependerá directamente de Lehendakaritza, que también asumirá la atención a las víctimas. Para desempeñar esta delicada labor, Urkullu recuperará a Txema Urkijo, asesor de Maixabel Lasa desde 2006 en la oficina destinada a cubrir las necesidades de este colectivo. La dirección de Derechos Humanos recaerá en Mónica Hernando, miembro de la Unesco Etxea.
El área de Paz y Convivencia –sin llegar a serlo, tendrá un rango similar al de una viceconsejería– aunará dos departamentos, como son la oficina de atención a víctimas y la dirección de Derechos Humanos, enclavados hasta ahora en las consejerías de Interior y Justicia, respectivamente. El lehendakari situará al frente de esta nueva ‘sección’ a Jonan Fernández, cuyo nombre empezó a barajarse hace unas semanas.
Natural de Tolosa, donde resultó elegido concejal por Herri Batasuna entre 1987 y 1991, Fernández fue portavoz de la agrupación ecologista Lurraldea y, posteriormente, coordinador de Elkarri, cargo que desempeñó durante trece años. Cuando el colectivo pasó a denominarse Lokarri –red impulsora de la Conferencia de Aiete– le sustituyó en el puesto Paul Ríos. Desde octubre de 2006 es director de Baketik, donde ha ejercido como dinamizador de encuentros entre pacifistas y los diferentes partidos.
El parlamentario del PNV Iñigo Iturrate defendió ayer el nombramiento de Fernández, que se hará efectivo en el Consejo de Gobierno de hoy, por ser «una persona con una trayectoria contrastada y un reconocimiento de sectores muy diversos». «Venía de la izquierda abertzale y ha hecho su propio camino de reconocimiento del sufrimiento en este país; se lo ha ganado a pulso», defendió. El director de Baketik fue el encargado de inaugurar el pasado mes de mayo la ronda de comparecencias que acogió la ponencia de paz del Parlamento vasco. Fernández abogó por trabajar en base a acuerdos sólidos. «En materia de convivencia y reconciliación es muy importante hacer las cosas de manera compartida. O es así, o no es», advirtió
La otra persona en la que ha depositado su confianza Urkullu es Txema Urkijo. El lehendakari mantendrá la oficina de atención a víctimas, cuya andadura arrancó hace once años a propuesta del entonces jefe del Ejecutivo, Juan José Ibarretxe, bajo la dirección de Maixabel Lasa. La viuda del que fuera gobernador civil de Gipuzkoa, Juan Mari Jáuregui, asesinado por ETA, decidió abandonar la política al término de la pasada legislatura. Urkijo (Llodio, 50 años) ha acompañado a Lasa en la oficina de víctimas desde 2006 y ahora cogerá su testigo. Fue uno de los fundadores de Gesto por la Paz y ejerció como director de Derechos Humanos en 2002, entonces bajo la batuta de EA.
El pasado año compatibilizaba su labor en la oficina de víctimas con su asiento en la comisión de valoración que se encargaba de definir qué personas pueden ser reconocidas como damnificadas por abusos policiales. Dicho grupo de trabajo, puesto en marcha por el anterior Gobierno vasco, está paralizado ahora a la espera de lo que decida Urkullu. El lehendakari ha optado por mantener a Urkijo en el nuevo organigrama de Lakua debido a la experiencia que atesora en la atención a las víctimas, una materia especialmente delicada, en la que la confianza resulta fundamental.
Políticas de memoria
El organigrama lo completará la nueva directora de Derechos Humanos, cargo que ocupará Mónica Hernando. Miembro del Foro de Asociaciones de Educación en Derechos Humanos y por la Paz y de Unesco Etxea, formaba parte, al igual que Urkijo, de la comisión de abusos policiales, en representación en su caso de la sociedad civil.
Urkullu comparecerá esta tarde en la Lehendakaritza acompañado de los tres nuevos cargos del área de Paz y Convivencia. Este departamento se encargará también de poner en marcha todas las políticas en materia de memoria. Es el caso, por ejemplo, de la creación del instituto que durante la pasada legislatura acordaron PNV, PSE, IUEzker Anitza y los tres parlamentarios expulsados de Aralar.
El proyecto se encuentra todavía en fase de aportaciones en el Parlamento vasco con el fin de buscar la incorporación del resto de grupos. Está pendiente de conocer la postura de EH Bildu y resultará difícil sumar al PP y UPyD, que ya se opusieron en su día al nacimiento de este centro.
EL CORREO 29/01/13