En diez días, Iñigo Urkullu ha reivindicado dos veces el plan soberanista de Ibarretxe, aparcado durante buena parte del año por las elecciones autonómicas celebradas en marzo pasado. Si el pasado día 24 en Gernika, en un acto en la víspera del 30 aniversario del Estatuto, el presidente del PNV lo defendió como la base para el futuro de Euskadi, ayer lanzó un discurso similar.
«Sí, creo que se puede recuperar», afirmó en una entrevista en Euskadi Irratia, porque, según adujo, tienen una gran cantidad de principios «para entender el actual autogobierno en busca de un acuerdo». Urkullu reconoció que las mayorías actuales en el Parlamento impiden su desarrollo, «pero eso no quita que es un texto aprobado en su momento por el Parlamento con mayoría absoluta y que las Cortes Generales no tomaron en consideración ni siquiera para que fuera debatido».
El líder del PNV criticó que el acto organizado por el lehendakari, Patxi López, para celebrar el 30 aniversario del Estatuto de Gernika, fue «para la galería, como otras iniciativas realizadas hasta ahora» y denunció que López «no mostrara ningún compromiso en favor del cumplimiento íntegro» del actual Estatuto de Autonomía.
Destacó que el PNV reivindica el cumplimiento total del Estatuto de Gernika y la posibilidad de «poder adecuarlo a la actual sociedad». Asimismo, recordó que Patxi López mencionaba en 2005 que «si la mitad de la sociedad no viera el Estatuto de Gernika como un punto de acuerdo y de encuentro, no sería un punto de unión».
El secretario general del PSE, José Antonio Pastor, replicó que el también llamado plan Ibarretxe está «muerto y enterrado» y reclamó al PNV «que se aclare». «Es muy poco compatible hacer acuerdos de estabilidad y pensar en el beneficio del país y a la vez seguir reivindicando un marco político que fomenta lo contrario, la división y el enfrentamiento», agregó.
El dirigente socialista calificó el intento de recuperar el plan soberanista del anterior lehendakari como una «apuesta trasnochada y fuera de tiempo. El plan Ibarretxe se puso en circulación y terminó su recorrido en el Congreso de los Diputados. Allí se rechazó y, por lo tanto, carpetazo al asunto».
Opinó que las palabras de Urkullu reflejan «uno más de los bandazos» del presidente del PNV y manifestó que la reivindicación de esa iniciativa evidencia la división del PNV. «Justo ahora que vivimos tiempos de tranquilidad, de normalidad y de una política de acuerdos transversales, es ir a contracorriente de la sociedad vasca, situarse fuera del tiempo y una muestra más de los problemas políticos que tiene el PNV».
EL PAÍS, 3/11/2009