EL MUNDO 25/03/13
· Mintegi se disculpó ante los socialistas por decir que el asesinato de Buesa fue ‘político’.
Cuando el pasado viernes Antonio Basagoiti comenzó a enunciar por primera vez en la historia del Parlamento Vasco el nombre y primer apellido de los 857 asesinados por ETA, los 21 parlamentarios de EH Bildu ya sabían que habían perdido su primera gran batalla política desde la legalización de la izquierda abertzale.
Durante 20 minutos, los nombres y apellidos de las víctimas rebotaron en las paredes del hemiciclo y constituyeron el mejor contrapunto al frustrado intento de la coalición abertzale de enfrentar a los tres partidos democráticos vascos. La lista del horror etarra incorporó más dramatismo a los reproches dirigidos por Joseba Egibar, Rodolfo Ares y Antonio Basagoiti contra el grupo parlamentario de Laura Mintegi por su apoyo, connivencia y silencio ante el terrorismo etarra. Urkullu, necesitado de un acuerdo con socialistas y populares, fijó primero el distanciamiento con EH Bildu para, desde la tribuna, tender su mano a acuerdos de los que, día a día, se distancia más la coalición abertzale.
La puesta en marcha de una ponencia sobre la Paz y Convivencia constituía uno de los compromisos del lehendakari. De ahí que, como confirman fuentes del PSE y del PP vasco, las urgencias de Urkullu -que cumple ahora 100 días en el cargo- se hayan impuesto a otras sensibilidades, como las de su portavoz parlamentario Joseba Egibar.
De hecho, Egibar relativizó en los primeros instantes la trascendencia de las palabras de Mintegi en las que contextualizó en un «origen político» el asesinato del dirigente socialista Fernando Buesa. La intervención de Mintegi el 14 de marzo mostró el «subconsciente profundo», como señalan fuentes del PSE, de la profesora universitaria elegida para suavizar la imagen pública de EH Bildu. Sus afirmaciones, que están siendo analizadas por el fiscal jefe del País Vasco, volvieron a colocar a los dirigentes de la izquierda abertzale junto a los restos de una diezmada banda terrorista a la que no están dispuestos ni a condenar ni a solicitar su desaparición.
Tanto Mintegi como el coportavoz abertzale Julen Arzuaga intentaron en ese momento reconducir la situación trasladándose a las dependencias del PSE en el Parlamento para «aclarar» sus palabras, que aún dolieron más a los socialistas porque Mintegi fue quien representó por primera vez a EH Bildu en el homenaje a Fernando Buesa celebrado en el exterior de la Cámara vasca.
Pese a trasladar estas excusas en privado, Mintegi ha acusado al PP de haber tergiversado sus declaraciones para abortar el arranque de la Ponencia por la Paz y la Convivencia que tenía previsto constituirse el pasado 14 de marzo.
El agrio debate político ha hecho mella en Mintegi ya que, por un lado, la ha llevado incluso a reconocer a otros diputados vascos su «incomodidad personal» por las presiones a las que le somete la dirección política de Sortu, encabezada por Hasier Harraiz, y que también ha provocado el desgaste en su imagen, más heterodoxa que la representada por la vieja guardia de Batasuna.
La posición de EH Bildu ha avalado la línea marcada por Antonio Basagoiti para el PP vasco en el arranque de la legislatura. Primero, porque la declaración de Mintegi se produjo en un debate propiciado por el PP para que el Gobierno vasco se comprometiera a elaborar un plan de deslegitimación del terrorismo en el que se evidenció la brecha que separa a los tres grandes partidos vascos y UPyD respecto a los 21 parlamentarios de EH Bildu.
El rotundo rechazo a lo dicho por Mintegi se extendió al Pleno monográfico del pasado viernes sobre la «resolución del conflicto» que la coalición abertzale había impulsado y que refrendó la posición del PP sobre la falta de legitimidad ética de EH Bildu para plantear estas cuestiones. El aluvión de críticas contra la coalición soberanista no sólo dejó en la más absoluta soledad a Mintegi y compañía. Comprometió al lehendakari y al Parlamento vasco a tener siempre presente la «injusticia de la violencia» y a tener en cuenta «la responsabilidad de cada cual en el pasado» después de casi medio siglo de un cruel e injustificable terrorismo.
El resultado final también revitaliza al presidente del PP, lastrado por las incógnitas que rodean su continuidad tras autodescartarse para repetir como candidato en las elecciones autonómicas de 2016. Basagoiti aumentará su protagonismo en el Parlamento vasco con intervenciones de calado, pero sólo él conoce la fecha de su despedida.
EL MUNDO 25/03/13