EL CORREO 13/12/12
Paz y Convivencia. Reclama «discreción» y «lealtad» a los partidos y defiende una paz con «memoria» y reconocimiento del daño causado
Iñigo Urkullu apeló ayer a la «discreción» y a la «lealtad» de todos los partidos para poder llevar a buen puerto el «gran reto» no solo de la legislatura, sino de toda una «generación»: «Consolidar la paz y asentar la convivencia en Euskadi». Para alcanzar este horizonte, el próximo lehendakari anticipó que potenciará la «semilla» que ha supuesto la ponencia parlamentaria puesta en marcha este mismo año con un amplio consenso político.
Este grupo de trabajo, sin embargo, deberá ser «reformulado» para acoger a la izquierda abertzale, que no ha formado parte hasta ahora de su actividad. Lo que rechazó de forma categórica para gestionar el fin de ETA fueron las «mesas de partidos» y los «puntos de encuentro extraños», en referencia a los recientes intentos por reactivar la Conferencia de Aiete. La «piedra angular» de este «nuevo tiempo» en el que «todas las ideas» podrán defenderse en libertad debe ser la Cámara vasca.
«Seguridad preventiva»
Urkullu, que comenzó su discurso con un recuerdo hacia las víctimas, no mencionó a ETA por su nombre en ningún momento. En cambio, el término oportunidad salpicó su intervención hasta en siete ocasiones. Lo hizo siempre acompañado de una serie de adjetivos –única, genuina, desconocida, histórica…–, con los que el líder del PNV trató de resaltar la importancia de esta legislatura, que supondrá un «auténtico reinicio para Euskadi» de cara a asentar la paz.
El nuevo lehendakari se comprometió a poner en marcha el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos. «La paz es memoria», proclamó, antes de añadir que la «convivencia» hace necesaria un «reconocimiento del daño causado». Urkullu concretó más al apuntar que un objetivo «muy inmediato» de su Gobierno será «mejorar la seguridad». El fin de ETA abre una ocasión para «concentrar» los esfuerzos policiales en «medidas de seguridad preventiva» para los ciudadanos.