ALBERTO AYALA, EL CORREO – 24/07/14
· Al PNV le preocupa que Cataluña logre orillar sus demandas para Euskadi en la agenda de prioridades de Rajoy.
El PNV quiere que sus pretensiones políticas para Euskadi vuelvan a formar parte de la primera página de la agenda de prioridades del Estado y no termina de saber cómo lograrlo. Esa parece ser la verdadera razón de la ofensiva que Urkullu y su partido han lanzado en las últimas semanas para conseguir que el presidente Rajoy reciba al lehendakari en la Moncloa antes de las inminentes vacaciones estivales. Ofensiva que ha incluido la taxativa advertencia de que España tiene dos problemas de Estado: el catalán, sin duda, pero también el vasco,.
Cuando Convergencia i Unió y el president Mas decidieron abrazar el desafío soberanista para tapar las consecuencias socioeconómicas de su gestión y la de los gobiernos tripartitos anteriores, el PNV no mostró una especial inquietud. Al contrario. No solo porque Madrid regaló los oídos al nacionalismo vasco y ponderó su moderación y sensatez al dar prioridad a la salida de la crisis sobre otras cuestiones. Sabin Etxea nunca ha olvidado que la apuesta de Ibarretxe por la confrontación terminó con una sociedad fracturada y un castigo, leve pero castigo, en las urnas.
Ortuzar y Urkullu tampoco perdieron la calma tras la Diada de septiembre del pasado año, cuando el órdago soberanista catalán ascendió varios peldaños con el rotundo éxito de la multitudinaria cadena humana por independencia. La denominada Vía Catalana que inmediatamente abrazó la izquierda abertzale para presionar a los jeltzales y empujarles a formar un frente común por la secesión. Sin éxito alguno, de momento.
Tanto Sabin Etxea como Ajuria Enea insisten en que tienen su propia hoja de ruta con sus tiempos, que de momento no están por variar. Una hoja de ruta para lograr una nueva relación política entre Euskadi y el Estado basada en la bilateralidad, al estilo de lo que ocurre en materia económica en base al Concierto. El día D y la hora H para verificar si la iniciativa es capaz de concitar un apoyo transversal mayoritario en Euskadi previo a la negociación con el Estado llegará a partir del otoño de 2015.
Pero la filtración a cuenta gotas de las pretensiones jeltzales no ha encontrado el mínimo eco positivo ni en el PSE ni en el PP. Y, pese a los halagos verbales, los encontronazos de todo tipo con el Gobierno Rajoy –desde los competenciales hasta los referidos al proceso de consolidación de la paz– lejos de desaparecer