EL CORREO 10/08/13
· El déficit, el Cupo y la normalización de Euskadi centraron su tercer encuentro, celebrado a petición del presidente del Gobierno.
· El lehendakari le había reprochado semanas antes que no respondiera a su hoja de ruta para la paz.
El lehendakari Iñigo Urkullu y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se reunieron el pasado 15 de julio en La Moncloa para hacer un repaso a los temas pendientes antes del parón vacacional. El déficit, la renovación del Cupo, el ‘tax-lease’ de los astilleros y la pacificación estuvieron sobre la mesa del tercer encuentro, uno público y dos privados, que ambos mandatarios mantienen desde que el jeltzale accedió al Gobierno vasco.
La reunión, según ha podido saber este periódico, se produjo a petición del jefe del Ejecutivo central, el lunes 15 de julio, un día informativamente agitado, en el que se hizo público el último comunicado de ETA, y cuando Rajoy se enfrentaba a un momento crítico tras conocerse los ‘sms’ que el extesorero Luis Bárcenas le había enviado. El encuentro buscaba sondear el estado de los diferentes frentes abiertos entre ambos gobiernos, y a falta de comprobar en las semanas y meses próximos si esa conversación sirvió para avanzar algo más en ellos, ambos mandatarios se comprometieron a que sus equipos, ya de forma sectorial, sigan dialogando sobre todos los asuntos.
La llamada de Rajoy, promotor en esta ocasión de la reunión, se produjo unos días después de que el lehendakari expresara su preocupación ante la falta de respuesta a su hoja de ruta para la paz, y en medio de la polémica sobre la decisión de Bruselas de reclamar a los astilleros el ‘tax-lease’, que finalmente deberán devolver las empresas financiadoras. Aunque en la reunión dedicaron buena parte del tiempo a analizar este último tema –aún pendiente en esa fecha de la respuesta final que el comisario europeo Joaquín Almunia dio unos días después–, Urkullu y Rajoy hablaron de economía y de pacificación.
En el primer ámbito, visto lo visto, el lehendakari no consiguió arrancar al presidente el 1,3% del déficit al que aún aspira en el reparto asimétrico, por ser Euskadi una de las comunidades cumplidoras en 2012. Tras el último Consejo de Ministros, ambos ejecutivos dejaron en el aire la negociación y se emplazaron a septiembre, aunque después de haber rascado un 1,2% en lugar del 1,1% inicial –según aseguran diferentes fuentes consultadas– no parece que esa capacidad de endeudamiento extra para 2013 vaya a sufrir excesivas modificaciones. Eso sí, siempre a expensas de lo que finalmente se decida en la reunión del mes próximo.
Otro asunto pendiente, pero desde hace años, es la renovación del Cupo, que también estuvo presente en la reunión. Ambos gobiernos mantienen abierta la negociación, primero, sobre la liquidación pendiente de varios ejercicios, algo que quieren cerrar antes de empezar a discutir sobre la ley quinquenal del Cupo cuya renovación sigue en el aire desde hace más de dos años. El diálogo se retomará con el nuevo curso político, pero los dos gabinetes no se ponen plazos para firmar un acuerdo en la comisión mixta del Concierto.
Política penitenciaria
Como en cada visita de Urkullu a La Moncloa, ambos gobernantes hablaron de paz y convivencia. El asunto preocupaba especialmente al lehendakari, que semanas antes había reprochado a Rajoy que «le tenía en ascuas» por su «falta de respuesta» ante la hoja de ruta que le trasladó allá por el mes de enero, en su primer encuentro público. El lehendakari no ve en este momento a Rajoy dispuesto a mover ninguna ficha en este asunto, ni en el tema penitenciario ni en el comentado desarme de ETA. El Gobierno vasco pidió al dirigente popular que acceda a una flexibilización de la política penitenciaria para promover, dentro de la legalidad, la reinserción de los presos de la banda.
El otro tema candente en la nueva etapa abierta tras el cese definitivo de la violencia etarra es el del desarme, en el que el Gobierno central repite una y otra vez que no va a aceptar ninguna negociación. Tanto el Ejecutivo vasco como la izquierda abertzale, pese a la insistencia de ETA en sus comunicados, ven inamovibles a los populares. Ante ese escenario, el Ejecutivo de Vitoria trabaja desde hace tiempo por una vía vasca para el desarme.
EL CORREO 10/08/13