Antonio Casado-El Confidencial
- El lunes electoral en Andalucía mira hacia la encuesta del CIS y el debate televisado de esta noche en Canal Sur
El lunes electoral andaluz mira hacia la encuesta del CIS y el debate televisado en Canal Sur. Servirán para confirmar o revisar la hipótesis generalizada de un sobrado triunfo del PP, aunque por debajo de los 55 escaños. Y eso alimenta el quinielismo sobre la entrada de la ultraderecha en la Junta.
Con Vox o sin Vox en el Gobierno de la más poblada comunidad autónoma de España planea la lectura de un mal resultado del candidato socialista, Juan Espadas, como un empujón para sacar a Sánchez de la Moncloa. Interpretación inevitable en el sumatorio de un presidente asediado por el fiasco saharaui, la reacción de Argelia, el empobrecimiento de las familias por la inflación y las grietas de la ecuación Frankenstein.
Entretanto, al sur de Despeñaperros, los responsables de las respectivas campañas, especialmente los de los principales competidores, PP de Moreno Bonilla y PSOE de Juan Espadas, entran en pánico ante la posibilidad de que el tirón de las playas en el caluroso puente del Corpus (del jueves 16 al domingo 19) sea más fuerte que el de las urnas.
El PP y el PSOE entran en pánico por si el tirón de las playas en el caluroso puente del Corpus es más fuerte que el de las urnas
Ojo al dato: nada menos que un 40% de votantes aún no está seguro de si el 19-J se acercará o no se acercará a votar. Una baja participación puede descabalar todos los pronósticos.
Véase lo ocurrido hace cuatro años, cuando los desmotivados votantes del PP abrieron paso a la ultraderecha y los votantes desfallecidos del PSOE no buscaron consuelo en las papeletas de Podemos (AA).
Aquel gazpacho electoral acabó premiando al PP, que alcanzó el gobierno de la Junta con el peor resultado de su historia (siete escaños menos). Y castigó al PSOE, que perdió el poder después de ganar las elecciones con mucha diferencia sobre el segundo (Moreno Bonilla obtuvo siete escaños menos que Susana Díaz).
Los juegos de palabras de los líderes nacionales no sirven como resorte contra la temida abstención de hasta un 40% de votantes
El desembarco de los líderes nacionales es el supuesto resorte de las distintas fuerzas políticas contra el desinterés de los votantes. Pero los juegos de palabras no mueven montañas. Las ocurrencias verbales del último fin de semana de la campaña, y mucho menos si sobrevuelan la realidad andaluza en unas elecciones regionales, no desactivan la tendencia abstencionista detectada por las encuestas a cinco días de la jornada de reflexión.
Pedro Sánchez invita a elegir entre «derechos o derechas», Núñez Feijóo arremete contra el «carnaval político» de un Gobierno polifónico, Inés Arrimadas defiende el «manos a la obra» de Ciudadanos frente al «manos libres» del PP andaluz, Santiago Abascal reclama para Vox el «obrero» y «español» del PSOE, Íñigo Errejón se refiere al presunto ganador de las elecciones (Moreno Bonilla) como «un monumento a la nada», mientras que la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz se muestra dispuesta a dar un paso para «ganar España» (puntos suspensivos en su acertijo a la izquierda del PSOE)
Será cosa de ver el debate de esta noche en Canal Sur para tantear las últimas presunciones de finos analistas. Que el voto de Vox se desinfla por las desafortunadas actuaciones de Macarena Olona. Que el voto socialista se estaría desperezando gracias a una intensa labor persuasiva de la maquinaria del partido. Y que en el PP han señalado como principal amenaza a la causa de Moreno Bonilla la tentación de dar las elecciones por ganadas.