MIQUEL ESCUDERO-EL IMPARCIAL |
Si aun sabiendo que nadie le va a reconocer su trabajo, un político sigue esmerándose en su labor, con todo ahínco, porque cree en ella y sabe que es su obligación, entonces merece no sólo mi respeto y admiración, sino mi gratitud. Uno de ellos es el eurodiputado de Cs Jordi Cañas. Hace unas semanas presentó un magnífico informe sobre Ceuta y Melilla que el Parlamento Europeo aprobó. Este mes de julio, el pleno de este Parlamento ha respaldado un nuevo informe suyo, como miembro de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales: por un plan de acción de la UE para la economía social, con 493 votos a favor, 75 en contra y 69 abstenciones. Aquí está el texto en cuestión:
En nuestras latitudes ibéricas estamos acostumbrados a que los políticos negocien los asuntos públicos exclusivamente por sus intereses partidistas. Así nos luce el pelo, nuestra calidad democrática deja mucho que desear y la Gobernanza se resiente de qué modo. En la Cámara europea las cosas son bien distintas y los diputados saben del valor de negociar y de la necesidad y utilidad de persuadir.
Ciertamente, algunos diputados, con nombres y apellidos, holgazanean de forma continua. ¿Nos importa? ¿Se reconoce, en cambio, el buen trabajo de otros de ellos y sus logros? Parece que no interese y apenas se les da difusión. La consigna de los poderosos es no hablar de nada bueno que hagan los que no son de ellos, y que nadie se entere. El silencio como estrategia que aísla. De este modo, el sectarismo distorsiona la realidad del mundo, y la ciudadanía, envuelta años y años en burdos prejuicios, no ejerce de tal y se entontece.
Entre los eurodiputados, Jordi Cañas es, sin duda, uno de los que mayor actividad despliega: preside la Delegación para las Relaciones Mercosur, es vicepresidente de la Delegación en la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana, y es miembro de la Conferencia de Presidentes de Delegación, de dos Comisiones: la de Comercio Internacional y la de Empleo y Asuntos Sociales. Asimismo, es miembro de dos delegaciones: en la Comisión Parlamentaria mixta UE–México y en la Asamblea Parlamentaria de Asociación UE-Reino Unido.
Promocionar la solidaridad y anteponer el interés de las personas al del capital caracteriza la economía social. En Europa ésta abarca entidades privadas como cooperativas, mutualidades, fundaciones y asociaciones, incluidas las organizaciones benéficas que ocupan a millones de trabajadores, y muchos más voluntarios activos, todos los cuales contribuyen en forma decisiva al mejor funcionamiento de los sistemas de bienestar social. Y la distribución de su desarrollo no es nada uniforme en la Unión Europea.
Bajo la idea de ‘pensar primero a pequeña escala’, se trata de promover con eficacia (palabra clave) la inclusión social y la inversión social (y, por supuesto, reforzar el sentimiento de comunidad, luchar contra la despoblación y favorecer el desarrollo de las zonas rurales). En favor del interés general, se precisa un conjunto de medidas políticas que facilite la transmisión de empresas a los trabajadores y lograr una posición privilegiada de las entidades de la economía social para el fomento del diálogo social y de la negociación colectiva.
Para garantizar la ayuda financiera se deben cumplir las condiciones de trabajo y de empleo exigidas. Jordi Cañas insiste en la necesidad imperiosa de que se respeten los derechos de los trabajadores y se atajen las condiciones precarias y los salarios bajos. Lamenta que el 11,6% de los empleos del sector privado de los Estados Miembros de la UE no estén declarados. Hay que mejorar, sin duda alguna, la transparencia en la contratación pública y prevenir la corrupción.
Hay que lograr un entorno propicio para la economía social, fomentando los objetivos medioambientales y sociales y subrayando el carácter distintivo de las cooperativas de energías renovables. Y, por supuesto, aprovechar las oportunidades que las transiciones digital y ecológica ofrecen para integrar a los más vulnerables y desfavorecidos. El texto recuerda que más del 60% de la mano de obra de la economía social es femenina, y reclama la eliminación de obstáculos para que las entidades de economía social contraten jóvenes. Esta economía es vista como motor de cambio para el futuro de Europa por el empleo de calidad, de inclusión social, de transición verde y digital inclusivas.
Para el desarrollo del plan, con una financiación específica, los Estados miembros deberán asignar ahora coordinadores sociales y establecer puntos locales de contacto para dar acceso a la financiación. En esta resolución, el Parlamento “acoge con satisfacción la propuesta de poner en marcha un nuevo portal único de la economía social de la Unión en 2023”, y valora en esta iniciativa de Jordi Cañas el potencial que contiene para apoyar a las entidades de la economía social.