El Constitucional ha abierto las puertas a Bildu con una mayoría más ajustada que la registrada en el Supremo cuando le impidió el paso, pero nadie emplea ya sus energías en hablar de los votos minoritarios de los magistrados discrepantes. ¡Almas de cántaro!
Les costará reconocerlo. Pero quienes sostenían en los gobiernos socialistas, en Madrid y Vitoria, que «de aquí a mayo no da tiempo a verificar» la reconversión forzosa de la nueva Batasuna, se han quedado más solos que la una. No son muchos, la verdad. Pero se trata de destacados ministros y consejeros que prefieren concentrarse ahora en recordar que la reforma de la ley electoral permitirá corregir desmanes si los electos de Bildu utilizan las instituciones para justificar el terrorismo. Es el consuelo del perdedor . Pero no tienen otro.
Quienes mantenían que la nueva izquierda abertzale, a pesar de presentarse empotrados entre EA y Alternatiba, debía ganarse la credibilidad política que no tenía, ni siquiera se han esforzado en igualar el empeño que pusieron los nacionalistas con el Supremo para diseccionar los pronunciamientos discrepantes en el alto tribunal, como si los votos minoritarios hubiesen tenido el mismo valor que la sentencia. Ahora, el Constitucional ha abierto las puertas a Bildu con una mayoría más ajustada que la registrada en el Supremo cuando le impidió el paso y nadie emplea ya sus energías en hablar de los votos minoritarios de los magistrados discrepantes. ¡Almas de cántaro! Después de estas semanas de intensa injerencia política sobre los magistrados, los partidos políticos buscan su recolocación. Especialmente los nacionalistas. El PP ha dicho lo previsible. Que la vuelta de Batasuna le parece «un paso atrás». Y desde el caserío vasco, Basagoiti resalta la dificultad de hacer política en Euskadi con la nueva Batasuna en las instituciones sin que ETA haya desaparecido. Mucho más duro UPyD, anunciando la retirada simbólica de su apoyo al Gobierno de Patxi López, haciéndose eco de la indignación de las víctimas del terrorismo, teniendo en cuenta que en sus listas va la madre y la viuda de Joseba Pagazaurtundúa y Rubén Mugica. Nada menos. Los socialistas, hablando ahora del tiempo de esperanza, contradiciendo mensajes de los suyos hace tan solo quince dias.
Pero el PNV empieza a sentir cierto vértigo electoral. Con los sondeos en la mano, teme que Bildu pueda despojarles del poder foral en Guipuzcoa. Y si hace una semana Urkullu se erigía en valedor de la nueva Batasuna, ahora ya va advirtiendo del riesgo de engaño de esta formación si no condenara un atentado. ¿Pero en qué quedamos? ¿No estábamos en una situación de tregua de ETA?
Ha empezado la campaña en Euskadi con la recuperación de situaciones anteriores. Porque, con la excepción del Parlamento vasco y el europeo, Batasuna siempre estuvo ahí. Ahora ha vuelto por la puerta grande. Sin importar los informes policiales, sin tener en cuenta las declaraciones de Otegi en la cárcel hablando de los «nuestros» al referirse a candidatos de Bildu. Sin importar los hechos probados en el Supremo. Solo importa lo que ha decidido el Tribunal Constitucional sobre una formación que desprecia la Constitución. Euskadi ha cambiado menos de lo que muchos creyeron cuando llegó Patxi López a Ajuria Enea.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 7/5/2011