La familia lo anunció en un acto celebrado en la Fundación de Víctimas del Terrorismo que contó con la presencia de su presidenta, Marimar Blanco, y la del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), Consuelo Ordóñez. Carmen, Montse y Paz, tres de los cinco hijos del teniente coronel, denuncian que la etarra «siga viviendo como si no hubiese hecho nada», en alusión a una información publicada por EL MUNDO en 2015 que relataba cómo Natividad vive rodeada de éxito social y laboral en Gante (Bélgica) donde trabaja como cocinera y sirve caterings.
Conocida como Pepona y perteneciente al comando Vizcaya, Natividad disparó un tiro en la nuca a Romeo cuando salía de misa en Bilbao en 1981 y a día de hoy sigue sin pagar por ello. La Justicia española ha intentado en varias ocasiones que sea extraditada, pero sin éxito. En 2004 y 2005 el juez Fernando Grande-Marlaska dictó dos órdenes de detención contra ella, sin consecuencias, y la actuación más reciente se remonta a 2016, cuando sus hijos asistieron al final de un largo camino judicial en los tribunales belgas, quienes negaban su extradición. Ahora, con el inicio de este proceso, confían en que la Justicia pueda, 36 años después, «lograr que sea juzgada esta asesina, con todas las letras».