LA GACETA, 3/4/12
La Fundación Víctimas del Terrorismo y la Fundación Miguel Ángel Blanco participan en un acto en Naciones Unidas con expertos sobre terrorismo.
La Fundación Víctimas del Terrorismo y la Fundación Miguel Ángel Blanco pidieron hoy a Naciones Unidas, durante un acto con expertos celebrado en Nueva York, que se promueva elreconocimento internacional de los derechos de las víctimas del terrorismo, con el fin de que se haga justicia.
La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazartundúa, afirmó que «toda estrategia o política contra el terrorismo que no tenga en cuenta a las víctimas será necesariamente imperfecta e inviable, ya que la deshumanización de las víctimas propicia la propagación del terrorismo».
«La visibilización de las víctimas entorpece las estrategias de los terroristas a corto y largo plazo, porque muestra la cara del horror», remarcó Pagazaurtundúa durante un debate sobre «Los Derechos de las Víctimas del Terrorismo» en el Instituto Cervantes de Nueva York en el que participaron expertos del organismo multilateral.
Por su parte, el Ministerio del Interior tambin ha emplazado a la Comunidad Internacional a adquirir el compromisos de avanzar hacia el reconocimiento de unos derechos específicos a favor de las víctimas del terrorismo, que permitan su reparación ética, social, política y jurídica».
Así lo ha manifestado la directora general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos,que afirma que el recuerdo a las víctimas del terrorismo por parte de la «sociedad internacional constituye un elemento de justicia y, a la vez, un instrumento fundamental de deslegitimación del terrorismo como herramienta de imposición de una ideología política determinada».
La directora de la subdivisión de Prevención del Terrorismo de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, Marta Requena, señaló que las víctimas deben «jugar un papel activo antes, durante y después del proceso penal, no como meros testigos, así como en la prevención del terrorismo».
Requena indicó que no hay una definición internacionalmente aceptada de víctima del terrorismo, y que los tratados no recogen normas jurídicas obligatorias y específicas para este tipo de víctimas, a las que se equipara con las de otro tipo de crímenes.
«Por ello, creemos que es necesaria una normativa diferenciada, ya que en el terrorismo el foco no es la persona concreta, sino toda una sociedad y sus instituciones», enfatizó.
Asimismo, Requena subrayó la necesidad de ofrecer «asistencia jurídica gratuita a las víctimas, información sobre lo ocurrido, participación en el proceso, protección contra posibles intimidaciones y amenazas, privacidad de sus datos personales y una reparación integral, no sólo física, sino una rehabilitación moral».
En cuanto al papel que pueden desempeñar respecto de la prevención, Requena recalcó que las víctimas «sensibilizan mejor a la sociedad, ya que muestran que el terrorismo puede afectar a cualquiera, independientemente de su estatus, en cualquier momento, y contribuyen a cohesionar y a evitar la radicalización».
Otro de los aspectos que se trataron, expuesto por Ivan Simonovic, uno de los responsables de la ONU para derechos humanos de la ONU, fue el de la necesidad de que «la mayoría no discrimine a algunos grupos minoritarios en su totalidad por la implicación de algunos de sus miembros en los ataques terroristas».
Exposición fotográfica
El debate se celebró en el Instituto Cervantes de Nueva York y contó con el patrocinio del ministerio de Asuntos Exteriores español y la unidad de lucha contra el terrorismo de la ONU «Counter-Terrorism Implementation Task Force (CTITF)».
Estuvo precedido por la inauguración de la exposición fotográfica «En pie de foto, cien miradas desde el dolor», que reúne instantáneas sobre el terrorismo de agencias de información españolas como Efe y otras internacionales.
La muestra, que consta de 150 instantáneas aparecidas en medios de comunicación y que se exhibió por primera vez en 2004, está organizada por el Instituto Cervantes y la Fundación Miguel Ángel Blanco, y según declaró a Efe su presidenta, María del Mar Blanco, busca «reconocer a la víctima y reclamar memoria».
«Hemos venido a explicar y condenar lo padecido durante cincuenta años por la sociedad española, y la vasca en particular, y reclamar un reconocimiento internacional a través de nuestra voz y estas fotos, para que ningún crimen quede impune, ya que 300 familias no han visto cumplido su derecho a la justicia», remarcó Blanco.
Además, la hermana del concejal de Ermua asesinado por ETA en 1997 indicó que «una imagen vale más que mil palabras, y éstas plasman que la víctima siempre es el inocente y el terrorista, el culpable».
LA GACETA, 3/4/12