Acerca de la manipulación del lenguaje por los movimientos totalitarios
Estimados amigos, aunque se editó en 2001, creo de gran interés
recomendar la obra del filólogo Víctor Klemperer por las analogías que
pueden hacerse con la manipulación del lenguaje por parte del
nacionalismo vasco.
Sería interesante que algún filólogo estudiase este tema en nuestro
entorno, y la sutil forma de «adecuar» el pensamiento de la «masa
acrítica» por medio del lenguaje, en lo que los nacionalistas son
maestros.
Ficha del libro:
Autor: Víctor Klemperer
Título: LTI. La lengua del Tercer Reich.
(Apuntes de un filólogo)
Editorial Minúscula
2001
Comentario de Ramón 30/1/2003
«Victor Klemperer (1881-1960) publicó en 1947 LTI. Notizbuch einen Philologen, constituido por fragmentos de su diario relacionados con el lenguaje totalitario del Tercer Reich. A pesar del tiempo transcurrido desde su publicación, su actualidad es absoluta en esta España balcanizada. Lejos de ser una obra de erudición para iniciados, es más bien un testimonio lúcido y expuesto de forma amena; el autor, partiendo del estudio del lenguaje analiza los mecanismos psicológicos que aquél modifica en el individuo («El nazismo se introducía…a través de palabras aisladas, de expresiones, de formas sintácticas que imponía repitiéndolas millones de veces y que eran adoptadas de forma mecánica e inconsciente…»); da cuenta de la manipulación del lenguaje como sistema de humillación (así, los médicos judíos, aparte de no poder atender a pacientes arios, pasaron de ser médicos a ser Krankenbehandler o lo que es lo mismo, «cuidadores de enfermos»); especialmente interesante es el capítulo XIII, en el que el autor hace referencia a los nombres de la LTI (se llega al absurdo de negar la existencia no sólo a Einstein, sino también al hercio por provenir del nombre judío Hertz).
Sirvan estos retazos para animar a leer esta obra, que desenmascara de una forma elegante y entretenida la perversión del uso del lenguaje por parte del modelo más perfecto del nacionalismo. Desgraciadamente, si analizamos el lenguaje utilizado por «nuestros nacionalistas», veremos que nada tiene que envidiar a la LTI: la palabra «España» y todas las de ella derivadas, han desaparecido del lenguaje; muchos topónimos han dejado de existir por decreto (dónde están Fuenterrabía, Guipúzcoa o Vizcaya); la grafía española de cantidad de palabras ha sido debidamente «euskaldunizada», sin despreciar los apellidos (txistorra, Belintxon, Gartzia…); la palabra «vascuence» ha sido totalmente relegada y quien ose emplearla puede ser tachado, curiosamente, de fascista. Especialmente ilustrativa ha sido la evolución del nombre de esta tierra en los últimos años, que ha pasado de País Vasco a Euskadi y, por fin, a Euskalherria.
Es muy probable que se esté gestando una eusko-LTI o EHB (Eusko Hizkuntza Bakarra), lo que puede ser de gran interés filológico y apasionante tema de estudio. Pero hemos de estar alerta pues en ella viene disuelto un veneno como el que aisló Victor Klemperer en la LTI: …el lenguaje no sólo crea y piensa por mí, sino que guía a la vez mis emociones, dirige mi personalidad psíquica, tanto más cuanto mayores son la naturalidad y la inconsciencia con que me entrego a él.»
Ramón, 30/12/2003