Ramón Perez Maura-ABC

Sánchez ha convertido al Consejo de Ministros en el comité electoral del PSOE

TOMEN el almanaque que tengan más a mano y cuenten viernes de aquí al 28 de abril. Que ya son viernes. Y recen lo que sepan. Porque en estos viernes en que se reúne un Consejo de Ministros que quiere morir matando puede ocurrir de todo. Han dado en llamarlos «viernes sociales», por no decir socialistas. Porque a este PSOE sí que no lo conoce ya ni la madre que lo parió, que fue un señor que ha roto en sensato, don Alfonso Guerra, el que hacía de policía malo con Felipe González, cuando yo creo que en realidad era al revés.

De aquí al 28 de abril este Gobierno tiene más peligro que un cable pelado en un charco. Debía de estar en funciones, haciendo y decidiendo lo mínimo imprescindible para que siguiese funcionando la maquinaria del Estado, para que la Administración pueda ir todos los días a hacer la compra, para que funcione el agua caliente del cuarto de baño, esas cosas del sota, caballo y rey de la casa común. Y en su lugar, se ha puesto en funciones de tarde y noche a decretar como los locos de cara al tendido, demagógicamente, haciendo la campaña electoral de Sánchez con el dinero de todos. ¿Cuánto nos cuestan los decretazos electorales de cada viernes de dolores, ay, dolor, del Consejo de Ministros? ¿Cómo están dejando las arcas públicas? Como una patena de limpias. ¿A cuanto están elevando el déficit? A altura de velocidad de crucero del Falcon como mínimo.

En este último viernes, el Gobierno nos ha pegado treinta decretazos, treinta, de los que apenas nos hemos enterado de los dos que más les interesaban, los que más votos de la izquierda podían atraer y más ovejas descarriadas del radicalismo devolver al redil desde Podemos: el de la ampliación del permiso por paternidad y el de los alquileres. Que paguen otros. Que paguen los empresarios que tienen que buscarse a quien con un contrato temporal sustituya al padre que está cambiando pañales a la criatura. Que paguen los dueños de pisos alquilados, so capitalistas, que queréis vivir de las rentas. Y venga votos a mí, que ahí tengo a Tezanos que, encima, también con el dinero de todos, me hace unas encuestas a medida que ni el mejor sastre: no me hacen ni una arruga para poder gobernar en el futuro, ojú, con los que me quedan, con los que me apoyaron en la moción de censura contra Rajoy, con los que acabarán cargándose a España.

Viernes de Dolores se llama tradicionalmente al anterior al Domingo de Ramos, cuando las Lolas celebran su santo. Pero este año, todos hasta después de la Pascua Florida serán Viernes de Dolores, incluido el 26 de abril, que me figuro será el cierre de campaña. Campaña que con toda la poca vergüenza del mundo ha comenzado ya Sánchez en estos Viernes de Dolores, de dolores de cabeza, de dolores por cómo están dejando la economía hecha unos zorros: ha convertido al Consejo de Ministros en el comité electoral del PSOE y en su aparato de propaganda en campaña, todo en una pieza. Y además, sin freno ni marcha atrás, al revés de los corazones de Jardiel Poncela. Si los españoles conservan su cordura y eligen una opción distinta a la locura que representa Sánchez, que nos lleva derechitos a la destrucción de España a manos de los separatistas y a manos de su propio ego, se verá que mucho de lo perpetrado por el Consejo de Ministros con toda premura demagógica en estos Viernes de Dolores, vulgo «sociales», ya no tiene remedio. Para eso lo tiene atado y bien atado todo, mejor que la exhumación de Franco, con la Diputación Permanente del Congreso. Y lo que más indigna es que, además, llamen «reales decretos» a esta forma de hacer campaña electoral con dinero público y desde el aparato del Estado. Es mezclar a Su Majestad con esta locura de cada viernes. Vamos, como si cada viernes le hicieran una escultura-ninot como la lamentable de ARCO. Espero que al menos el Viernes Santo lo dejen tranquilo y no tenga que firmar ningún real decreto.