FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO – 15/07/14
· La visita que mañana realizarán al País Vasco Jonathan Powell y Martin McGuinness es un premio de consolación para Sortu por no haber conseguido organizar una segunda edición de la Conferencia de Aiete que era lo que realmente quería la izquierda abertzale. Como no ha sido posible poner en marcha ese evento, se conforman con el viaje de Powell y McGuinness para hacer «seguimiento del proceso».
En pocos meses la izquierda abertzale ha cosechado dos fracasos a la hora de conseguir un Aiete II. El primer fracaso se produjo en febrero. Habían previsto celebrar la conferencia poco después del mediático gesto de desarme de ETA que se anunció para el 21 de febrero. Querían aprovechar el impacto propagandístico del anuncio etarra para celebrar la conferencia unos días más tarde. El gesto de la banda, sin embargo, resultó tan ridículo que había poca explotación propagandística que hacer. Hasta los más incondicionales del «proceso», como el propio Powell, creyeron que el publicitado sellado de las armas de ETA delante de dos verificadores había sido una gran equivocación, por lo que se vieron obligados a cancelar aquella conferencia.
La izquierda abertzale, sin embargo, sigue necesitando iniciativas propagandísticas y ha insistido en la necesidad de que se celebre la conferencia en cuestión. Además, había prisa: tenía que ser antes de agosto, primero por las vacaciones y, en segundo lugar, porque después del verano se entrará en una etapa preelectoral poco propicia para este tipo de iniciativas. El mecanismo del evento es que Sortu pide la conferencia y Powell, el hombre que mantiene el contacto con ETA, se encarga de organizarla y de traer los invitados internacionales. Noruega, como ocurrió en octubre de 2011, es la que paga la ronda.
Las prisas de Sortu, sin embargo, se han encontrado en esta ocasión con la frialdad del Partido Socialista y del Gobierno vasco, que habían apoyado las iniciativas anteriores. Powell consultó a los dos y ambos le dieron una respuesta poco alentadora. El PSE estaría dispuesto a respaldar una iniciativa que supusiera un avance evidente hacia la desaparición de ETA, pero no a avalar un acto organizado a mayor gloria de Sortu. Y la postura del Gobierno vasco va en la misma línea. Los socialistas y el PNV coinciden en que, en los últimos tiempos, el mundo de ETA y Sortu han experimentado un parón en lo que concierne al final de ETA.
Con esos rechazos –además de la oposición del Ejecutivo central y el PP, que va de oficio– resultaba muy difícil organizar la segunda edición de Aiete. Es muy difícil conseguir personalidades internacionales para un acto que cuenta con el rechazo del Gobierno de España, del primer partido de la oposición y del Ejecutivo vasco. Y muy difícil también conseguir la financiación para un sarao que sólo satisface a la izquierda abertzale. El propio Powell quedó convencido de que la idea de Sortu de una nueva conferencia internacional era inviable en estas circunstancias, pero no quiso dejar a la izquierda abertzale sin un regalo de fin de curso y organizó en su lugar una visita al País Vasco de Martin McGuinness y de él mismo.