- Dado el historial del PSOE, que asesinó a uno de los líderes de la oposición en 1936 provocando la guerra civil que tanto había perseguido Largo Caballero; que había amenazado de muerte previamente en las Cortes a la víctima
«Te lo voy a volver a explicar, saco de mierda. Ese no es mi coche oficial. Ni oficial ni particular. Y te añado más. Estás difundiendo la matrícula de un vehículo policial. Voy a encargarme personalmente de que lo pagues caro». Este es, literalmente, el mensaje que un ministro del Gobierno del Reino de España le ha enviado públicamente a un particular. Públicamente porque lo ha hecho a través de una red social de la que debería ser expulsado, dada la amenaza creíble que el mensaje contiene. El que amenaza es un tipo con poder en el partido que gobierna España y en el propio Gobierno de España. El autócrata lo utiliza para tareas especialmente odiosas. No se disimula la inquina («saco de mierda») al destinatario, un joven sin poder más allá de su arrojo. La amenaza es creíble.
Dado el historial del PSOE, que asesinó a uno de los líderes de la oposición en 1936 provocando la guerra civil que tanto había perseguido Largo Caballero; que había amenazado de muerte previamente en las Cortes a la víctima; que intentó asesinar el mismo día al otro líder de la oposición; que mantuvo más de dos centenares de checas en Madrid donde robó, torturó y asesinó; dado el historial del PSOE, que hoy reivindica con orgullo aquellos años treinta durante los cuales se rebozó de sangre y lodo, la amenaza de un Puente hay que tomarla como la amenaza de un Galarza. Solo que Calvo Sotelo, el amenazado por Galarza, tenía una inmunidad y unos escoltas que de nada sirvieron, en tanto que Vito Quiles, el joven al que golpeó la Policía gratuitamente delante de Ferraz, el joven sobre el que recayó una inconcebible y errónea orden de detención, carece de inmunidad y de escolta. Lo único que tiene es la amenaza cruda («Voy a encargarme personalmente de que lo pagues caro») de un poderoso socialista en esta época en que se reedita en Francia el Frente Popular y en España ya manda.
Si el PSOE amenaza a jueces con cierto éxito, pues el caso es que algunos se vienen acoquinando, ¿qué gallardía extraordinaria debemos exigirle a un joven a quien el poderoso ministro de Asuntos Pringosos califica de «saco de mierda» justo antes de amenazarle gravemente? Si los altos ejecutivos de IBEX están como un rebaño, presidentes de bancos le lamen la manita al dictador, se creen todos obligados a criticar a Milei como si… como si sucediera lo que sucede, que dependen del Gobierno, que son muy cobardones, ¿cómo pedirle heroicidad a un joven sin empresa grande ni pequeña, sin capital, sin empleados, sin escolta, sin inmunidad, sin chófer, sin partido? Pero Puente no le deja otra opción, va a tener que aflorar esa valentía, ese amor propio, ese sentido del individuo digno y dueño de sí que no se deja amenazar por un canalla, por muy poderoso que sea. Espero, Puente, por el bien de todos, que a Vito no le pase nada.