Viva el Rey

 

Desde que nació Podemos al comienzo de 2014, se ha empeñado en singular (e inútil) batalla contra la forma constitucional del Estado. Que entre nuestros conciudadanos haya un porcentaje, cualquiera que sea, que abogue por la República frente a la Monarquía, con el balance que presentan las dos experiencias históricas republicanas, es una señal evidente de que en este mundo tiene que haber de todo. Pero hay más de lo que es más razonable. En aquel mes de enero de 2014, un sondeo del CIS revelaba que solo un 0,6% de los españoles consideraban que la Monarquía era uno de los tres principales problemas que tenían. Puestos a hacer un ranquin, los encuestados colocaban su problema monárquico en un honroso vigésimo quinto lugar entre los que les afligen.

El CIS que magrea con tanto donaire José Félix Tezanos viene planteando en cada oleada la cuestión de la Monarquía como problema. En el barómetro de diciembre de 2020, la preocupación española por el asunto se había recortado a la mitad, al 0,3%, a pesar de los esfuerzos de Iglesias y su tropa, que en septiembre plantearon una proposición no de ley para obligar al CIS a preguntar al personal si prefería Monarquía o República. La PNL fue rechazada con 74 votos a favor, 274 en contra y 2 abstenciones. Pablo Iglesias insistió hasta el ridículo, augurando que el discurso de Felipe VI en Nochebuena iba a ser el pretexto para encarnizadas discusiones familiares sobre la Monarquía.

Esto demuestra un par de cosas: que el vicepresidente segundo confunde su propuesta con las crisis en las familias vascas sobre el plan Ibarretxe o las catalanas sobre el procés. Ambas partieron las mesas de comedor por la mitad. La segunda es que el socio principal del doctor Sánchez, cuando invoca el referéndum se conforma con una encuesta. No se sabe bien por qué: La de Sigma-2 que hoy publica El Mundo puntúa la labor del Rey por encima de la de Sánchez y sus 22. No es para enloquecer; en mi opinión el 5,5 de media a Felipe VI se queda por debajo de los méritos del Monarca, pero es que en el Gabinete solo aprueba Margarita Robles, con un 5,1; el plagiador perseguido queda un punto por debajo de su ministra de Defensa, 4,1, y el republicano impenitente e impertinente marqués se queda en un 3,2, por debajo incluso de la señora Ceaucescu que lo supera en cuatro décimas.

La mayoría de los españoles (y las españolas, claro) aprueban con largueza la presencia pública de la Reina y de la Princesa Leonor y la media de los ciudadanos que opinan que el Rey Emérito debería volver a España es del 54,8%. Hasta los votantes de Podemos favorables a su regreso son mayores a los contrarios. Si hubiese alguna capacidad de raciocinio entre los 23, deberían pensar que el error fue inducirle a irse.

Hoy, festividad de los Reyes Magos, Felipe VI presidirá como es costumbre los actos de la Pascua Militar. Los españoles van a valorar una vez más la ejemplaridad con que cumple sus funciones constitucionales, como símbolo de la unidad y permanencia del Estado y árbitro y moderador de las instituciones. Ahora imaginen la presidencia de una República imaginaria encarnada por cualquiera de los líderes suspendidos por la ciudadanía y digan para su fuero interno o para el exterior: “V.E.R.D.E.” acrónimo que significa ‘¡Viva el Rey de España!’