JUAN CARLOS VILORIA-EL CORREO

  • Hay que ofrecer un placebo al tránsfuga, sugiriéndole que no está apoyando al PP

Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, hace campaña en Andalucía bajo el eslogan ‘Vota a Juanma’. La consigna de personalizar la campaña del PP en la figura del primero de la lista y presidente de la Junta confirma la tendencia publicitaria de sustituir las siglas de los partidos por los rostros y nombres de los candidatos. Teresa Rodríguez, cabeza de lista de Adelante Andalucía, irá más lejos y pondrá una fotografía suya en la papeleta de votación. Fue Pablo Iglesias el que en las primeras elecciones a las que se presentó Podemos, en las europeas de 2014, burló la normativa electoral e incluyó su rostro sobre la siglas del nuevo partido. El éxito lanzó a los populistas y confirmó que una presencia masiva en televisión podía proyectar más que cualquier programa político. Por cierto, el responsable de aquella campaña de Podemos era Íñigo Errejón, que intentó repetir la jugada con Más País, pero ya no le salió tan redonda y se quedó en el 2,4% de los votos.

En Francia, Emmanuel Macrón llegó al límite al inventarse un partido con las iniciales de su nombre: EM (En Marche). Huido de un Partido Socialista francés cuyo barco hacía agua por todas partes con el capitán Hollande en declive, creó de la nada, mejor dicho, de su persona, un movimiento que pretendía superar la dicotomía derecha-izquierda y suprimir las estructuras partidistas. Sin programa articulado, con cuatro consignas y un rostro empático, logró derrotar a los partidos dinosaurios de la derecha y la izquierda francesas.

El declive de los partidos tradicionales es estrepitoso en el país vecino y aquí, sin embargo, todavía resisten. Entre otras razones, por el fracaso de la nueva política y sus siglas. Pero la estrategia del PP en Andalucía, convencido de que más vale un rostro conocido que un programa por conocer, avala la tesis de que hay que poner rostro a las siglas o, incluso, esconderlas. Que se lo pregunten al PSOE, cuyos diseñadores de campaña no saben cómo disimularlas a base de rojos de todos los tonos y flores abstractas en lugar de la rosa tradicional.

Con todo, es el PP es que más se ha esmerado en la tarea de ocultar la sigla. El cartel central de la campaña es una fotografía de Juan Manuel Moreno Bonilla con la rotulación: ‘Andalucía Avanza’. Vota Juanma. Hay una poderosa razón de márketing político: la aspiración de los populares de captar apoyos procedentes del socialismo. El trasvase del voto es tan traumático que hay que ofrecer un placebo al tránsfuga, sugiriéndole que no está votando al Partido Popular, sino a Juanma. No hay que olvidar que, aunque según las encuestas Andalucía esté basculando a la derecha, las siglas PP vienen muy lastradas.