JOSÉ MARÍA CALLEJA, EL CORREO 24/01/14
· El decimonoveno aniversario del asesinato del que fue concejal del PP en el Ayuntamiento de San Sebastián Gregorio Ordóñez, coincide en el tiempo con la aparición del partido Vox, del que forma parte José Antonio Ortega Lara, exfuncionario de prisiones, víctima torturada por ETA durante 532 días, exmilitante del PP y crítico con la política antiterrorista seguida por Mariano Rajoy.
Ana Iríbar, viuda de Gregorio Ordóñez, ha dicho que está tan sorprendida de la política antiterrorista de Rajoy como para no votarle más. Consuelo Ordóñez, hermana del edil popular asesinado el 23 de enero de 1995, no ha podido hablar en el homenaje organizado por el PP vasco a todas las víctimas del terrorismo.
Parece evidente que hay un sector de militantes y votantes, de exmilitantes y exvotantes del PP que muestran su profundo rechazo y decepción por la política seguida por Rajoy en materia antiterrorista. Algunos de esos desencantados con Rajoy estaban en la concentración de la Plaza de Colón, en Madrid, el pasado 27 de octubre, cuando al presidente del Gobierno se le gritó que había traicionado a los muertos y a los vivos. Esa concentración escenificó un enfrentamiento en el seno del PP respecto de la política antiterrorista que había tenido una manifestación previa en los abandonos de María San Gil, sin dejar formalmente el PP, y Ortega Lara, saliendo públicamente del partido, que se agudizó cuando fue excarcelado el etarra Uribetxeberria Bolinaga –uno de los que tuvo secuestrado a Ortega Lara–, por un cáncer terminal.
Los motivos de la decepción de un importante sector del PP –Aznar y Aguirre son muy críticos con Rajoy, no solo en materia antiterrorista– tienen que ver con la política que el propio Rajoy abanderó cuando estaba en la oposición. Entonces lanzó brutales ataques al anterior presidente del Gobierno, participó en las manifestaciones que se convocaron en Madrid contra la política antiterrorista, anunció que jamás negociaría con la banda y se apoyó en las víctimas del terrorismo como criterio de verdad.
Hoy, un sector del PP, votantes y militantes, ha optado por abandonar el partido y crear uno nuevo, el liderado por Santiago Abascal, o anuncian que no votarán al PP. El movimiento que encarna Vox preocupa en la dirección del PP –Rajoy ofreció un puesto en sus listas a la presidenta de la AVT–, se medirá su fuerza en las elecciones europeas, pero ya ha quedado claro que tiene simpatías en dirigentes que no se han ido del PP, como Aguirre.
Rajoy, envuelto, también aquí, en el silencio y la inacción como método de creer que se abordan los problemas, confía en que Vox saque pocos votos y no sabemos si escuchará a Iñigo Urkullu, con el que no quiere romper, que le pedirá algún gesto con los presos de la banda derrotada.
JOSÉ MARÍA CALLEJA, EL CORREO 24/01/14