La entrada del curso ha venido marcada por un eslogan: ‘El Gobierno de la gente’ que la portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE anunció en rueda de prensa a comienzos de semana. Pilar Alegría es una ministra de Educación que ha llegado ahí desde una diplomatura de Educación Primaria, cuestión que choca a cuantos añoramos aquel cuerpo de catedráticos de instituto que guiaron nuestro bachillerato. Como portavoz hace juego con todos sus homólogos: conjuga la insuficiencia léxica con su incapacidad sintáctica. Las palabras y su modo de ordenarlas.
Esta señora de apellido incongruente compareció junto a Abel Caballero, que un día fue reputado profesor de Economía. En veinte minutos que duraron sus intervenciones sumadas dijeron 26 veces ‘El Gobierno de la gente’. También hablaba de ‘la gente’ otra revelación del final de agosto, la concejal socialista de San Fernando, Ana Lorenzo, que fue grabada impartiendo un tutorial sobre cómo okupar una vivienda con garantías hasta que uno de los presuntos okupantes se descubrió como periodista y tuvo que dimitir.
Fernando Grande Marlasca también remató brillantemente las vacaciones al acercar a cárceles vascas a los dos hijos de puta más rematados de la banda terrorista: Txapote y Henri Parot. Parot se rebautizó en la cárcel como Unai, que hace más vasco,-como la ‘k’ de Marlaska para entendernos-, y es el criminal más reputado de ETA, con 39 asesinatos. Sánchez y su Marlasca nos lo han llevado al País Vasco. Si no le hubiesen pillado una carta exhortando a la banda a cometer más asesinatos, ahora ya estaría en la calle. La carta data de 2006 y el juez que lo procesó por ella fue Fernando Grande Marlasca, hay que joderse. Hay otra justicia y otros gobiernos, pongamos que hablo de Francia. Los miembros del comando itinerante (o comando Argala) que capitaneaba Henri Parot, como su hermano Jean y Jacques Esnal, están en cárceles francesas, condenados a cadena perpetua. Sus abogados en Francia piden su libertad poniendo como ejemplo a España. Aquí ya estarían libres.
Hace ocho días, la mitad del Gobierno arremetió contra el líder de la oposición, a quien llamaron: vago, incompetente, sectario, ignorante, cínico y mentiroso. Once ministros, solo socialistas, sin contar la purria de Podemos, le han llamado todo eso, teniendo a Sánchez como jefe. Félix Bolaños, más meritorio en su idiocia porque tiene estudios, ha dicho que “Feijóo no es de fiar, porque no cumple lo que firma su partido” y Petichou Montero, estrenaba septiembre llamando a Feijóo “el señor Mopongo y no porque venga de Africa”. Isabel Rodríguez, portentosa portavoz descalificó a Feijóo solo 24 horas por su “insolvencia, inmadurez, cinismo y poco sentido de Estado”. Todos los ministros sanchistas cargaron contra el presidente del PP por su propuesta de rebajar el IVA del gas del 21% al 5%. Bueno, pues Pedro Sánchez ha asumido la propuesta popular desautorizando a todos los suyos. ¿Habrá españoles que le guarden su voto? El porcentaje , el que sea, será un indicativo de la decadencia española. ¿El partido de la gente? Quiá, es el de la gentuza.