- Me cuesta entender cómo el PSOE tiene su suelo electoral tan alto, aunque me puedo hacer una idea…
Como no tengo grandes nociones de Derecho ni de política, ni seguramente de demoscopia, me gusta pensar en las motivaciones que mueven a las personas a hacer lo que hacen. A falta de una formación profunda, en ausencia de respuestas científicas, procuro buscar las razones emotivas e íntimas del comportamiento humano.
De acuerdo con la encuesta que publicamos hoy, PP y Vox obtendrían una mayoría absoluta que alejaría a Sánchez (y sobre todo a sus socios) del timón legislativo y moral de este país. Por primera vez en mucho tiempo, los dos principales partidos de la oposición sumarían incluso en la previsión más pesimista, llegando a los 178 escaños.
El segundo titular que se desprende del sondeo es que la corrupción empezaría a penalizar al Gobierno, cosa que no consiguieron ni los indultos, ni la amnistía, ni el cuponazo catalán. El PSOE perdería 2,5 puntos pero lograría entre dos y tres escaños más que en las últimas generales. Esto se debe al hundimiento de Sumar, que se confirma como lo que muchos ya intuíamos: una estafa piramidal pensada para enterrar a Podemos y lanzar artificialmente a Yolanda Díaz, que es un páramo intelectual pero, sobre todo, un copiloto mucho más dócil que Pablo Iglesias.
Volviendo al comienzo de esta reflexión, me cuesta encontrar razones prácticas para votar al PSOE. Me refiero a razones objetivas e incontrovertibles. Por eso me siguen pareciendo muchos 123-124 escaños para los méritos contraídos en este tiempo. Hagamos un poco de memoria: seis años después de Sánchez, la comida ha subido mucho más que los sueldos, el precio alquiler está descontrolado e incluso las mujeres están más desprotegidas frente a sus agresores, por enumerar tres banderas ‘históricas’ de la izquierda. A cambio «no gobierna la derecha», eso sí que lo ha cumplido, aunque al precio ya conocido: excarcelando violadores, beneficiando etarras y pactando con Esquerra un cupo agravioso para el resto del país.
Es llamativa, por tanto, la capacidad del PSOE para retener el voto. Por contra, sé de gente que no ha vuelto a votar al PP desde que subió el IVA del 18 al 21 % después de hacer campaña justo por lo contrario: afeando a Zapatero que lo subiera del 16 al 18 %. Por eso me cuesta entender cómo el PSOE tiene su suelo electoral tan alto, aunque me puedo hacer una idea: España tiene hoy más empleados públicos que nunca, cuenta ya con 600.000 beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital (a los que hay que sumar parientes) y una juventud encantada de coger trenes tirados de precio, aunque se paren a mitad de camino.
Mezcla eso con el actual panorama televisivo y ya tienes la razón por la que el socialismo español no ha seguido el mismo camino que el francés o el griego.